Sabemos muy poco de los riesgos del vapeo

Los médicos en Estados Unidos han visto aparecer cientos de pacientes con enfermedades pulmonares severas y misteriosas este año, a medida que aumenta la popularidad del vapeo. Estamos intentando descifrar qué es lo que pone a personas –por lo demás saludables– bajo ventilación asistida, ya que los estados y el gobierno federal apenas han empezado a regular estos productos.

El miércoles, el secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, informó que la Administración de Alimentos y Medicamentos está adelantando una prohibición en el mercado para los productos de vapeo saborizados –los cuales atraen particularmente a los jóvenes–, y el mismísimo presidente Donald Trump ha llamado al vapeo un «problema». Si bien el reconocimiento y la promesa de acción son positivos, se debe hacer mucho más para garantizar que la última crisis no se convierta en un problema de salud pública aún más grande.

La FDA obtuvo la supervisión sobre los cigarrillos electrónicos en 2016, y bajo un cronograma inicial, los fabricantes tenían que solicitar la aprobación de la agencia a partir de 2018. La FDA todavía no está revisando los productos de vapeo porque la administración Trump retrasó la fecha límite de solicitud. Ya podemos ver el daño de la falta de urgencia de la agencia. Mientras tanto, los productos de marihuana, que parecen desempeñar un papel descomunal en esta crisis de salud, no están regulados a nivel federal.

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Los legisladores y los defensores están respondiendo a la erupción de enfermedades relacionadas con el vapeo pidiendo una mayor restricción de los cigarrillos electrónicos de nicotina (Bloomberg Philanthropies, la organización caritativa formada por Michael Bloomberg, fundador y propietario mayoritario de la matriz de Bloomberg News, Bloomberg LP, anunció una iniciativa este semana con Campaign for Tobacco-Free Kids para aumentar la conciencia sobre los peligros potenciales de vapear y presionar para prohibir los cigarrillos electrónicos con sabor). Las empresas que fabrican cigarrillos electrónicos preferirían centrarse en los productos de cannabis y contrabando que se venden fuera de las tiendas. Dadas las grandes lagunas en nuestro conocimiento del impacto del vapeo y el hecho de que las personas están muriendo, necesitamos un enfoque agresivo de «todas las anteriores».

La característica definitoria de esta crisis emergente es la incertidumbre. Una revisión de 53 casos recientes en Wisconsin e Illinois publicada el viernes en el New England Journal of Medicine encontró que el 94% del grupo –en su mayoría personas jóvenes y sanas– fueron hospitalizadas, y el 32% requirió ventilación asistida.

La mayoría de esos pacientes, el 84% de los encuestados, informaron haber vapeado THC, el principal ingrediente psicoactivo de la marihuana. Un par de marcas de cannabis piratas han aparecido varias veces. Sin embargo, ha habido muchos casos en los que los pacientes informan haber vapeado nicotina también, y grupos más pequeños informan haber usado solo productos de nicotina. Los médicos y los reguladores están sugiriendo que todo, desde la inhalación de vapores metálicos hasta el acetato de vitamina E, podría tener la culpa, pero hasta ahora nada puede explicar todas las enfermedades.

Lo poco que sabemos no es alentador. Se ha descubierto que los líquidos de los cigarrillos electrónicos contienen al menos seis grupos de productos químicos potencialmente tóxicos. No tenemos idea de lo que sucede cuando se agrega THC, o cuando estas sustancias se calientan e inhalan diariamente durante meses o años. Hubo evidencia temprana de posibles problemas cardíacos antes de esta crisis actual, y la FDA también está investigando informes de que vapear puede causar convulsiones. La evidencia supuestamente compensatoria de que estos productos ayudan a las personas a evitar los cigarrillos combustibles es limitada. El hecho de que han llevado a toda una nueva generación de jóvenes a un hábito altamente adictivo y posiblemente peligroso es indiscutible.

Descubrir productos contaminados específicos que podrían estar contribuyendo a estas enfermedades debería ser una prioridad, pero los reguladores no pueden detenerse allí. Una respuesta completa tiene que abordar cuatro grandes problemas.

Primero, la FDA necesita acelerar sus esfuerzos para revisar científicamente los productos legalmente disponibles, con un énfasis adicional en la seguridad. La prohibición de los productos con sabor ayudará a frenar la epidemia de vapeo en adolescentes, pero deben seguir restricciones de edad más estrictas y una represión más agresiva del mercadeo engañoso. Luego está el mercado negro: los dispositivos que las personas compran en la calle y los líquidos que se utilizan en ellos exigen más atención. Finalmente, esta crisis deja aún más claro que los productos de marihuana no deberían permanecer en un limbo regulatorio confuso.

Es una lista de deseos imponente. Pero la consecuencia inevitable de dejar las cosas como están es más enfermedades y más muertes.

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