La petrolera estatal de Venezuela plandea convertir los mejoradores complejos de petróleo en plantas de mezcla más simples, según fuentes cercanas al asunto, lo que termina uno de los proyectos insignia del fallecido presidente Hugo Chávez y, además, amenaza con abrir una brecha con sus socios extranjeros.
Los mejoradores de petróleo del país –instalaciones que convierten el crudo pesado de la Faja del Orinoco en un petróleo «sintético» más liviano– sufrieron repetidas detenciones debido a que las sanciones de EE.UU. hicieron que la importación de repuestos y productos químicos necesarios fuera cada vez más costosa. Ahora, Petróleos de Venezuela SA planea ejecutar menos unidades en las plantas para producir un grado de crudo menos valioso, según estas personas, quienes pidieron no ser identificadas porque no están autorizadas para hablar en público.
Esto puede crear dificultades con los socios extranjeros, que venden el crudo sintético, mientras que el petróleo mezclado es vendido exclusivamente por PDVSA por ley. Esto puede crear una oportunidad para que la compañía petrolera estatal retrase las transferencias de pago a sus socios, dentro de los que se incluye Rosneft Oil Co PJSC, así como Chevron Corp., Total SA y Equinor ASA .
Los cuatro mejoradores de Venezuela, inaugurados con gran fanfarria por Chávez en la década de 2000, fueron una vez promocionados como el orgullo del movimiento político conocido como chavismo. Su tecnología le permitió a Venezuela explotar depósitos de crudo similar al alquitrán, incluso en la Faja, que durante muchas décadas se consideró no comercializable. Las plantas fueron centrales para el plan de Venezuela de incrementar su producción a 6 millones de barriles por día para este año, superando el récord anterior de 3,71 millones de barriles en 1970.
Rosneft no devolvió inmediatamente los correos electrónicos en busca de comentarios. PDVSA y Total declinaron hacer comentarios. Chevron y Equinor remitieron las preguntas a PDVSA, que opera las empresas conjuntas.
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Pero después de 20 años de chavismo, la producción petrolera de Venezuela se ha desplomado a 732.000 barriles por día en marzo, la más baja en 16 años, debido a apagones que cortaron la energía en los campos petroleros y las sanciones de EE.UU. que cortaron el suministro de un químico vital para diluir el crudo pesado. La mayor parte del petróleo de Venezuela se exporta para pagar la deuda, por lo que poco del efectivo necesario para pagar los artículos importados como alimentos y medicamentos regresa.
«PDVSA tiene que trabajar con lo que tiene», asegura Ha Nguyen, director de investigación de mercados petroleros en IHS Markit, en Houston. «Después de años de inversión cero, desde la cabeza del pozo hasta las refinerías, tiene sentido convertir a los mejoradores en instalaciones de mezcla si eso significa continuar produciendo el petróleo que paga las cuentas».
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Aunque el plan es preliminar, ya se implementó en el mejorador Petro San Félix, propiedad de PDVSA y del gobierno venezolano, según fuentes informadas. Petro San Félix, que solía producir un crudo sintético conocido como Petrozuata, ahora produce Merey 16, el petróleo pesado más importante de Venezuela. Aunque no está claro cuándo la instalación comenzó a funcionar como mezcladora, datos compilados por Bloomberg muestran que la última vez que exportó petróleo sintético más valioso fue en noviembre.
A los empleados del mejorador de Petromonagas, una empresa conjunta entre PDVSA y Rosneft, se les pidió que cambiaran a Merey 16, dijeron las fuentes. Al mezclar, PDVSA omitirá los procesos que utilizan químicos y catalizadores que solía comprar a proveedores estadounidenses. Después de que los diluyentes –que permiten que el petróleo pesado se mueva a través de las tuberías– se eliminan de la mezcla, el petróleo similar al alquitrán se envía a un tanque donde se mezcla con crudo más ligero. La mezcla resultante se exporta.
El crudo sintético puede obtener precios que son, en promedio, de US$4 a US$5 por barril mayores que para el petróleo mezclado.
La reutilización tiene sentido, según Nguyen, debido a que las empresas conjuntas, plagadas por fallas en los equipos de los mejoradores, han estado produciendo menos petróleo sintético y más mezcla diluida. Eso obligó a PDVSA a importar nafta más costosa, principalmente de EE.UU., pero esos suministros se han cortado en gran medida después de las sanciones de enero.
La nueva configuración no resolvería los problemas causados por décadas de mala administración y falta de inversión. De acuerdo con los últimos datos oficiales, la producción nacional de petróleo liviano necesaria para la mezcla cayó a la mitad, hasta 313.000 barriles diarios entre 2006 y 2016. Para compensar la caída de la producción, PDVSA importó recientemente petróleo Agbami de Nigeria. Pero ese flujo puede reducirse a medida que EE.UU. continúa presionando para reemplazar a Maduro.