Amazon encabezó el viernes una ronda de financiamiento de la londinense Deliveroo por un total de US$575 millones y es inevitable preguntarse si la inversión es un entremés o una asociación más amplia, una oportunidad para que Amazon observe con lujo de detalles las operaciones de Deliveroo antes de evaluar una adquisición. Hay muchas razones por las cuales eso tendría sentido.
La más obvia: Amazon necesita un servicio de reparto de comida. Cerró el año pasado las operaciones en Londres de Amazon Restaurants en medio de una feroz guerra de precios con Deliveroo, Uber Eats y Just Eat, pero hay mérito en mantener presencia en servicios de reparto de alimentos basados en aplicaciones. Plataformas en Latinoamérica e India ya incursionan en la entrega de productos farmacéuticos y abarrotes, y ese enfoque podría extenderse a otras regiones. Aquello representa una amenaza para Amazon, en particular porque los usuarios suelen acceder a aplicaciones de entrega de comida con mayor regularidad, según Chris Caulkin, inversionista de capital de riesgo de General Atlantic en Londres.
La red de repartidores de Deliveroo también debe ser atractiva para Amazon. Si se puede garantizar que las personas que hacen las entregas tengan poco o nada de inactividad, pueden ganar más dinero y por ende es menos probable que terminen trabajando para la competencia, ya que se les paga por cada entrega que completan. Si son capaces de transportar productos de Amazon Prime Now, que promete despachos en máximo dos horas, y comida de Deliveroo, entonces las chances de inactividad se reducen.
La ofensiva de Deliveroo orientada a las denominadas «cocinas oscuras» también podrían ayudar a Amazon en materia de logística. Se trata de instalaciones que no están conectadas a un restaurante físico y suelen emplazarse en contenedores ubicados en lugares asequibles de Londres. Si bien el modelo aún no se consolida, la idea es llegar a más clientes sin los enormes gastos generales propios de un restaurante real. Esos locales podrían además ser centros de cumplimiento de último tramo de Amazon y Deliveroo planea utilizar buena parte de lo recaudado en la ronda de financiamiento para abrir nuevas ubicaciones.
El caché de marca de Deliveroo, que trata de centrarse en la conveniencia en lugar de la comida rápida, se alinea de buena forma con las metas de Amazon: atrae a una base de clientes similar a la de Whole Foods, la tienda de alimentos saludables que Amazon adquirió en 2017.
El flujo de nuevos fondos significa que probablemente que la guerra de reparto de comida en Europa continuará, lo que se refleja en las caída bursátil de servicios rivales.
La diferencia clave entre Amazon/Deliveroo y Uber/Uber Eats es que en general las personas que reparten comida para Uber Eats no son las mismas que transportan gente para Uber.
Si bien desde luego hay un cruce tecnológico en los sistemas que gestionan los dos productos, el cruce operacional es más limitado. Eso expone a Uber a una alta deserción de conductores y repartidores, ya que es más probable que opten por trabajar en una empresa rival que garantice más ingresos.
De todas formas, es sensato que Amazon empiece con una inversión de capital de riesgo en Deliveroo en lugar de una adquisición, algo que según informes las empresas exploraron el año pasado. Hay mucho escepticismo, en particular mío, sobre cuán rentable puede ser realmente el reparto de comida y si puede sostener su crecimiento.
Deliveroo registró una pérdida de 184 millones de libras (US$235 millones) e ingresos por 277 millones de libras en 2017, el año más reciente acerca del cual hay información disponible.
El negocio se mantiene lejos de la consolidación y la inquietud sobre el camino a la rentabilidad fue un factor que influyó en la decepcionante oferta pública inicial de este mes de Uber. Una fusión Amazon/Deliveroo aliviaría la preocupación sobre la rentabilidad, pero también es importante que la empresa de Seattle evalúe cuán viable sería una alianza antes de comprometerse con una adquisición.
* Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.