Europa va a las urnas con el fantasma del crecimiento de la ultraderecha

Con el foco en el probable avance de partidos de extrema derecha y euroescépticos, 427 millones de europeos terminarán hoy de definir la conformación del próximo Parlamento Europeo, donde se debatirán y votarán las leyes de la Unión Europea (UE) en los próximos cinco años. Según adelantan los sondeos, el heterogéneo grupo político aumentaría su representación, pasando de 151 a 173 bancas. Si bien no alcanzaría una mayoría para dictaminar el futuro del bloque, aumentaría su influencia para instalar su agenda política, destacada por un rechazo a la inmigración, y una defensa de la soberanía y la identidad nacional.
Los británicos y los holandeses votaron el jueves, seguidos por los irlandeses y los checos el viernes, mientras que ayer fue el turno de Letonia, Malta y Eslovaquia. Los 21 países restantes acudirán hoy a las urnas y los resultados oficiales se divulgarán por la noche, cuando haya finalizado el ciclo de elecciones en los 28 socios de la UE.
Marine Le Pen, líder de Reagrupamiento Nacional, encabeza las encuestas en Francia, donde amenaza con derrotar al presidente Emmanuel Macron. La hija de Jean-Marie Le Pen, negacionista del Holocausto, desestimó recientemente un “Frexit”. “Se nos ha abierto una nueva posibilidad de cambiar la Unión Europea desde el interior”, aseguró a El País.
Matteo Salvini, ministro del Interior en Italia y líder de La Liga, busca un doble objetivo: derrotar a su socio de Gobierno, el Movimiento Cinco Estrellas, y además, erigirse en el líder europeo de la extrema derecha. Por su parte, el premier de Hungría, Viktor Orbán, será el extremista más votado de la UE, según adelantan las encuestas, que sostienen que obtendría un 71% de sufragios en su país.
La Liga de Salvini y Le Pen  integran un bloque que cuenta actualmente con 37 europarlamentarios, pero podría subir tras los comicios a sesenta legisladores. En tanto, el Grupo Europa de la Libertad y la Democracia Directa (EFDD, según sus siglas en inglés), integrado por el Movimiento Cinco Estrellas y con la probable incorporación del Partido del Brexit de Nigel Farage, también podría aumentar su bancada.
“No es inusual que las elecciones para el Parlamento Europeo se conviertan en un espacio para el voto de protesta contra el gobierno de turno o el sistema político de cada país. Los votantes perciben que el costo de votar partidos en los extremos es relativamente bajo comparado con elecciones en las que se dirime la composición del Parlamento nacional y castigan a los partidos tradicionales”, explicó a PERFIL Ezequiel González Ocantos, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Oxford.
Pero no todo es color de rosa en el mundo de los eurófobos. Si bien sus principales líderes coinciden en cambiar las instituciones europeas y sus principios fundacionales, están divididos en torno a cuál debe ser el vínculo con Rusia y la estrategia política que conviene seguir. Los gobiernos de Hungría y Polonia desconfían del presidente Vladimir Putin y no quieren formar un bloque parlamentario junto a parlamentarios de Italia, Francia, Alemania, Holanda, Austria, Dinamarca, Estonia o Finlandia.
En una entrevista concedida a The Atlantic, Orbán marcó distancia con Le Pen, estrecha aliada del Kremlin, y manifestó su respaldo a Salvini, el hombre fuerte en el tercer país de la UE. El primer ministro reivindica la necesidad de evitar el crecimiento de la izquierda, la “islamización de Europa” y el cierre de fronteras para evitar la llegada de inmigrantes y refugiados.
Las fuerzas nacional-populistas que concurren a las elecciones europeas pregonan, una y otra vez, que la identidad de sus países está en peligro y hay que recuperar la soberanía nacional.

Nueva era. Las elecciones podrían marcar el fin de la división entre los demócratas cristianos del Partido Popular Europeo (PPE) y los socialdemócratas, que se reparten la mayoría del Parlamento Europeo desde 1979. Además de la extrema derecha, aspiran a crecer los liberales del grupo ALDE, que podría consolidarse como tercera fuerza si Macron obtiene un buen resultado en Francia.
Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, lamentó ayer que “los extremistas de derecha, los populistas de todo origen, sean seguidos en su razonamiento erróneo por partidos políticos tradicionales”, y dijo que no quiere “un mundo que se caracterice por el rechazo al otro”.
Además del nuevo Parlamento, este año se renovarán las autoridades de la Comisión Europea, el Consejo Europeo y el Banco Central Europeo, las principales instituciones del bloque comunitario.

Entradas relacionadas