La líder demócrata en el Congreso de Estados Unidos, Nancy Pelosi, dijo que preferiría ver a Donald Trump «en prisión» tras ser derrotado en las elecciones presidenciales de 2020, en lugar de verlo sometido a procedimientos de destitución, informó el jueves el sitio web Político. «No quiero verlo destituido, quiero verlo en prisión», dijo la presidenta de la Cámara de Representantes, némesis de Trump en el Congreso, en una reunión a puerta cerrada el martes con varios altos funcionarios de su grupo parlamentario, según ese medio informativo.
Pelosi habría comprendido la posición de los partidarios, todavía minoritarios, de impulsar un proceso de destitución, pero afirmó que el momento no era propicio para el lanzamiento de este procedimiento, muy impopular en las encuestas de opinión y destinado seguramente al fracaso, dada la mayoría republicana en el Senado. La influyente legisladora y los presidentes demócratas de varios comités en el Congreso «acordaron mantener todas las opciones sobre la mesa», dijo Ashley Etienne, portavoz de Pelosi, describiendo la reunión como «productiva», según AFP.
Los demócratas debaten el camino a seguir desde la publicación el 18 de abril del informe del fiscal especial Robert Mueller sobre la injerencia rusa en las elecciones presidenciales en las que Donald Trump resultó electo. Después de una investigación de dos años de duración, Mueller recomendó no inculpar a Trump al no encontrar pruebas claras para acusar a los miembros de la campaña del republicano de conspirar con Rusia, pero tampoco exoneró al presidente de obstrucción de la justicia.
Los demócratas, que controlan la Cámara Baja del Congreso con poderosas potestades de investigación, lanzaron una batería de investigaciones contra el presidente. Pelosi, que teme que un procedimiento de juicio político divida profundamente a Estados Unidos antes de las presidenciales de 2020, acusa a Trump de haber llevado a cabo una «operación de ocultamiento». Pero cree que primero es necesario armar un caso «concreto» en su contra, que pueda convencer a legisladores más allá de las líneas partidistas.
A sus 79 años, Pelosi es la mujer más poderosa del mundo político estadounidense, ya que ocupa cargo de presidente de la Cámara de Representantes del Congreso, el tercero más importante del país, después de los de presidente y vicepresidente. En las elecciones legislativas de 2007, hizo historia al convertirse en la primera mujer en esa posición, haciéndole difícil la vida al presidente (también republicano) George W. Bush en los últimos años de su mandato. Ahora con Trump, la historia se repete a un nivel más tirante, con frecuentes cuestionamientos mutuos sobre la salud mental de cada uno.
“¿Pueden imaginarse a Nancy Pelosi como presidenta de la Cámara de Representantes?”, le preguntó Trump a la multitud durante un mitin antes de las elecciones de mitad de mandato celebradas en noviembre del año pasado. “¡Por favor no me hagan eso!”, le rogó a los presentes. En una entrevista publicada el miércoles por la revista Elle, Pelosi interpretó esta fama que se le atribuye: “Yo no me siento odiada. Me siento respetada. No me criticarían si no fuera eficaz”, señaló. Para tener éxito en el mundo político estadounidense, uno debe “ponerse una armadura” y poder “recibir golpes”, dijo.
Luego de apodarla «Nancy la loca», Trump la llamó «Nancy la nerviosa» durante una entrevista el jueves en el canal Fox News, realizada durante la visita del mandatario a Francia para conmemorar el 75° aniversario del desembarco aliado en las playas de Normandía. «Nancy Pelosi es un desastre», y los demócratas «tienen grandes problemas», agregó. Consultada sobre la supuesta disposición de Pelosi de ver a Trump en la cárcel, la jefa de comunicaciones de la Casa Blanca, Mercedes Schlapp, dijo a Fox News: «Es chocante». Los demócratas son «radicales» y están «desconectados» de las realidades cotidianas de los estadounidenses, sentenció.
D.S.