El gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil recibió este viernes el primer paro general contra su gestión, convocado por las centrales sindicales en rechazo a la reforma jubilatoria que se discute en el Congreso y a los recortes en el presupuesto para la educación.
El paro tuve la fuerte adhesión de 45 millones de personas, según la Central Única de Trabajadores, la principal central sindical de Brasil que convocó la protesta. De esta manera, la medida gremial provocó trastornos en la movilidad urbana en al menos 24 estados y en Brasilia, sobre todo en la primera hora del día, según consignó el diario O Globo.
Sao Paulo y algunas ciudades del país amanecieron con bloqueos en las principales vías y el transporte público parcialmente afectado por el paro. Un grupo de manifestantes quemó neumáticos en una de las principales autopistas paulistas y la ocupó al grito de «Paro general». En la zona oeste de la ciudad, un grupo de manifestantes incendió un automóvil. La policía reforzó el patrullaje en las calles. A su vez, los bancos y escuelas permanecieron cerrados.
La administración de Bolsonaro pretende elevar las edades jubilatorias a 65 años para los hombres y 62 para las mujeres e incrementar las contribuciones de los trabajadores activos. Es por eso que llegó el primer paro general en dos años contra una reforma considerada clave por el equipo económico del gobierno para reactivar una economía alicaída.
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En el centro de Rio de Janeiro la policía arrojó gases lacrimógenos a los manifestantes que intentaban bloquear la Avenida Brasil, una de las principales vías de circulación, en las proximidades de la terminal de autobuses. Las fuerzas de seguridad liberaron el área y no hubo reporte de heridos.
En Niteroi, en la región metropolitana de Rio, un auto atropelló a manifestantes que cortaban una avenida. El cuerpo de Bomberos llegó al lugar y atendió a una mujer de 35 años que presentaba heridas leves.
«El paro es un éxito», evaluó la Central Única de Trabajadores, la principal central sindical de Brasil que convocó la protesta. Según estimaciones de esa organización, 45 millones de personas adhirieron a la jornada.
«Mientras el gobierno permanezca con su propuesta de reforma previsional que fragiliza a los trabajadores y aumenta el número de miserables, continuaremos al frente del movimiento de protesta», dijo a The Associated Press Adriana da Silva Nalesso, presidenta del sindicato bancario de Rio. El cese de actividades afecta sensiblemente a los bancos en la ciudad, que en su mayoría están cerrados.
«Es una reforma que va a acabar con la jubilación, va a hacer a los trabajadores trabajar hasta su muerte», dijo la profesora Carolina Cacau mientras participaba de una protesta callejera en Rio.
En Rio Grande do Sul la policía militar detuvo a 76 personas -54 en Porto Alegre, capital del estado- que participaban en protestas. La asesoría de comunicación de la fuerza dijo sin mayores detalles que las detenciones se debieron a episodios de «desobediencia» y «desacato a la autoridad».
J.D. / EA