El ministro de gobernación guatemalteco, Enrique Degenhart, confirmó que Guatemala está negociando con EE.UU. la posibilidad de firmar un acuerdo como “tercer país seguro”, como parte del convenio bilateral firmado con México.
Por su parte, el analista Giulio Talamonti, considera que se ha tomado en cuenta a Guatemala para convertirse en tercer país seguro por su posición geopolítica u geoestratégica. «La situación es que si en Guatemala no estamos en las condiciones sociales, económicas de brindarles oportunidades de desarrollo y trabajo a nuestros propios habitantes mucho menos estamos listos para recibir una ola de inmigrantes que vengan con esas mismas necesidades», aseguró Talamonti.
¿Qué es un tercer país seguro?
Este término, que se basa en los principios de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, implica que un país puede negarse a concede asilo a una persona y remitirla a un tercer país que sea considerado “seguro”.
Existen dos maneras de interpretar el concepto de tercer país seguro. La forma menos estricta es la de un sitio que ofrezca “protecciones básicas, un estatus legal, autorización de trabajo y servicios sociales básicos”, de acuerdo con Fisher.
Sin embargo, de acuerdo con la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, un país seguro es en el que se respete la vida y libertad de las personas y donde no sean perseguidas por motivos de raza, religión, opinión política, nacionalidad o por pertenecer a algún grupo social particular.
Sin embargo, Dehgenhart destacó que lo que se busca es combatir a las redes de tráfico de personas que siguen operando en la frontera y que ahora están utilizando a menores de edad para facilitar el paso de México a Estados Unidos.
“Tenemos conocimiento de algunos casos a nivel centroamericano donde menores de edad han dado la vuelta hasta ocho veces, quiere decir que han ido y venido de su país hasta Estados Unidos ocho veces y eso no se vale, eso es lo que vamos a combatir”, aseguró Degenhart.
Ante esta situación también se planea la implementación de pruebas rápidas de ADN a través de las cuales se aseguraría que los menores migrantes no son llevados robados, secuestrados o alquilados, como sucede en la actualidad, según casos que autoridades han detectado.
El ministro anunció que esta semana viajará a Washington para conocer la tecnología del uso de ADN en pruebas rápidas y continuar la negociación del “tercer país seguro”.
De aceptar Guatemala la condición de tercer país seguro, el analista considera que la decisión sí afectaría a mediano y largo plazo con un «incremento de la pobreza y la delincuencia». «Las consecuencias para Guatemala serían dramáticas».
«Guatemala se convertiría en la tercera línea de defensa para EE.UU.» y el experto considera que internacionalmente y tomando en cuenta las políticas migratorias de EE.UU., «al menos en lo legal, Guatemala está llamado a convertirse en el tercer país interesado y amigo que va recibir aún no estando preparados a los migrantes».
Así opinan los guatemaltecos
Pedro Gutiérrez, es un ciudadano guatemalteco que vive en EE.UU. y reconoce que mucha gente trata de cruzar la frontera en busca de asilo político cuando en realidad es por otras razones y reconoce que el país del norte se da abasto para procesar los casos. Pero, al mismo tiempo señala que existen muchas mafias y organizaciones que están tratando de lucrar con «la necesidad de los migrantes» y eso debe de parar. «Allá en EE.UU. no es tan sencillo como se piensa. Hay más restricciones y condiciones para conseguir trabajo. Así que a mis paisanos les digo que lo piensen dos veces antes de vender su casa o su carro para viajar a EE.UU.».
Herla Jiménez señala que no está de acuerdo con que Guatemala se convierta en un tercer país seguro porque «muchos vienen acá a robar, a matar gente. Vienen de El Salvador, Nicaragua».
Doña María, no es ajena a esta preocupación. Esta ciudadana guatemalteca considera que tampoco sea una buena idea lo de Guatemala como tercer país seguro. «Aquí hay mucha pobreza. Si no pueden con los que están aquí menos con los de afuera. Los de afuera más vienen a perjudicar a todos».
De igual manera, Jorge Fuentes considera que se sumaría a la mala situación economómica de Guatemala la llegada de delincuentes de quienes no sabemos su estatus. «Vivimos una situación muy mala. No discrimino, pero no estoy de acuerdo con que vengan los inmigrantes. Aquí no hay trabajo van a venir a delinquir a robar».