Albuquerque, Nuevo México — El excongresista de Texas, Beto O’Rourke, respondió preguntas sobre la tasa impositiva marginal en español. El senador federal Cory Booker, de Nueva Jersey, presumió su destreza en español cuando hablaba de sus ideas sobre la reforma inmigratoria.
Parte del discurso de cierre del exsecretario de Vivienda, Julián Castro, quien es mexicano-estadounidense, fue en español.
Los aspirantes demócratas a la presidencia salpicaron sus participaciones con español la noche del miércoles en Miami durante el primer debate televisado para la elección de 2020, lo que provocó que algunos activistas latinos los elogiaran y a otros les pareciera ridículo.
Sus esfuerzos fueron un testimonio del hecho de que, con 32 millones, los latinos están por convertirse en el grupo racial o étnico más grande que podrá votar en el 2020, según datos del Centro de Investigación Pew. Eso representa aproximadamente 13% del electorado, y la población es grande en estados importantes como Arizona, Florida y Colorado.
Sin embargo, utilizar el idioma para atraer a los votantes es un arma de doble filo: los activistas que buscan pistas sobre cómo responderán los candidatos a los problemas que enfrentan los latinos en Estados Unidos vieron el gesto como algo prometedor y sincero. Los críticos calificaron la medida de “hispandering” (un término formado por las palabras en inglés “hispanic” y “pandering” que significa ser condescendiente con los hispanohablantes).
Es un balance delicado y, después del debate, que también fue televisado en Telemundo, O’Rourke, quien es blanco, y Booker, quien es negro, fueron objeto de mofa con memes ampliamente compartidos en los que se burlaban de su español. La crítica varió de ridiculizar sus acentos hasta risas por su gramática imperfecta.
“Es como una especia. Debes tener mucho cuidado con cuánta usas porque si es demasiada podrás echar a perder todo el platillo”, dijo Fernand Amandi, asesor político y encuestador afincado en Miami. “Puede convertirse en una distracción”.
La incursión de los candidatos en el español se da cuando el país está en un acalorado debate sobre cómo responder al elevado número de migrantes centroamericanos que buscan asilo en Estados Unidos. Los activistas han criticado la respuesta del presidente Donald Trump de detener a migrantes, que ha incluido separar a familias y detener a niños en instalaciones saturadas y en malas condiciones.
También ha habido algunos episodios muy notorios en que personas han sido amenazadas en la calle por hablar español. En uno de ellos, videos tomados en abril en una gasolinera en California muestran a un empleado gritándole a un cliente por hablar español. El año pasado, una mujer fue arrestada después de que la grabaran gritándole a dos clientes que hablaban español en una tienda en Colorado.
Al arrancar las campañas presidenciales, los defensores de los latinos desde Nueva York hasta Nuevo México han buscado pistas sobre cómo los aspirantes demócratas abordarán temas que afectan a los mexicano-estadounidenses y a los puertorriqueños que lidian con la pobreza, la educación y poco acceso a atención médica.
Melissa Mark-Viverito, presidente interina del Fondo Latino Victoria, asistió al debate del miércoles y dijo que le pareció bien el uso de español de algunos de los candidatos.
“En el tiempo en que he sido parte de los debates, nunca he visto a los candidatos acercarse directamente y de esa forma a nuestra comunidad. Es importante que tengamos candidatos que le hablen a nuestra comunidad”, dijo Mark-Viverito. “Nuestro voto será increíblemente importante para seleccionar quién será el nominado demócrata”.
La representante Alexandria Ocasio-Cortez dijo en el programa Late Night con Stephen Colbert que le “encantaba” el uso de español durante el debate, aunque parecía que los candidatos hablaban en español para eludir preguntas.
“Creo que fue un buen gesto al hecho de que estamos en un país diverso”, dijo Ocasio-Cortez.
El uso del español de los candidatos durante el debate del miércoles está muy lejos de hace 50 años, cuando políticos que no eran del suroeste de Estados Unidos rara vez hablaban este idioma durante las campañas.
En 1960, los líderes de los derechos civiles de hispanos elogiaron al senador de Estados Unidos, John F. Kennedy, después de que pronunciara las palabras “mexicanos” y “puertorriqueños” en sus palabras de apertura en el primer debate presidencial televisado del país. Lo hizo en referencia a la pobreza que enfrentaban los latinos y fue en un momento en que los estudiantes mexicano-estadounidenses y puertorriqueños eran castigados físicamente por hablar español en la escuela.
Después de eso, su esposa Jackie Kennedy grabó lo que se cree que es el primer anuncio de televisión en español. La ayudaron con el idioma su asesor mexicano-estadounidense Carlos McCormick y su asistente Providencia Paredes, nacida en República Dominicana.
El senador federal republicano John Tower, de Texas, utilizó el español 18 años después en un corrido escrito en su honor para un anuncio televisado. Ganó una cerrada reelección al lograr 37% del voto hispano.
George H.W. Bush mostró a su nuera hablando español en un comercial televisado durante su exitosa campaña de reelección de 1988. Su hijo, George W. Bush, habló español durante los debates para gobernador de Texas y en su exitosa apuesta a la presidencia de 2000.
Como candidato, Trump calificó a los inmigrantes mexicanos de “bad hombres” (hombres malos) durante el tercer debate presidencial contra la demócrata Hillary Clinton en 2016. Estas palabras también inspiraron memes y algunos usuarios latinos cambiaron temporalmente su nombre de usuario en Twitter a “bad hombre”.
Hoy en día, utilizar el español en comunicados públicos puede hacer que un político se vea ridículo si no es razonablemente fluido en el idioma, dijo Amandi.
“Cuando te conviertes en un meme por hablar español en un debate, no es bueno”, dijo.
Rebecca García, una activista política de Miami cuyos padres llegaron de Colombia, dijo que el español de Booker fue difícil de comprender y que el comentario de Castro en español fue “deliberado, razonado y considerado”.
“Lo que dijo, ‘adiós, Donald Trump’”, dijo García, “fue asombroso”.