Los cuatro halcones de Washington que dominan la Casa Blanca

Quienes se han asomado a la Casa Blanca coinciden en señalar que impera una desorganización absoluta, con un presidente alejado de la gestión y funcionarios que no reciben órdenes claras o las sabotean, y pelean entre sí. En ese panorama, los “halcones” de la administración han ganado terreno como los únicos que aplican una política coherente ante tantas idas y vueltas de Donald Trump.

El secretario de Estado Mike Pompeo, que el jueves desembarcará en la Argentina, y el asesor de Seguridad, John Bolton, son las grandes figuras de este sector, en el que también hay que considerar a Elliot Abrams, del Consejo de Relaciones Exteriores, y al cubano-americano Mauricio Claver Cardone.

Estos “halcones” tienen en común haber servido bajo los gobiernos de Ronald Reagan o George W. Bush y avanzar con orden en los temas de la agenda de Trump que les interesan, siempre con una agresiva retórica.

Empujaron por romper el pacto nuclear con Irán, y ahora impulsan una coalición militar internacional para escoltar a los buques comerciales que crucen el Golfo Pérsico, tras el extraño ataque con drones a petroleros; lograron revertir la apertura hacia Cuba iniciada por Barack Obama, defendieron la militarización de la frontera con México y la venta de armas a Taiwán, una provocación a China.

Y un día sí, y otro también, amenazan con la posibilidad de invadir Venezuela.

Tienen también dos temas centrales en su agenda: la militarización del espacio y la ciberguerra, el tema que traerá a Pompeo a Buenos Aires.

“Siempre se mueven de la misma manera: deshacen las cuestiones multilaterales o diplomáticas que había encaminado Obama, y optan por un camino unilateral, nada diplomático y con un discurso belicista”, explica a PERFIL el analista Fernando Ohane-ssian.

Por su parte, Juan Battaleme, profesor de Gobierno y Relaciones Internacionales de la UADE, subraya que “Pompeo y Bolton son los que presentan una mayor disposición a llevar a cabo la agenda de Trump, en una Casa Blanca en la que nadie dirige el show y por eso se ven políticas contradictorias y poco claras”.

Los halcones “ponen orden, mientras ejecutan la versión posible de lo que quiere Trump”, agrega el director de la maestría en Defensa de la UADE.

Caos. Desde la sorpresiva, para muchos, llegada al poder de Trump, en 2017, varias fuentes han dejado testimonio del desorden interno y la falta de coordinación que ha provocado en la Casa Blanca, que se tradujo en una ola de renuncias y una seguidilla de marchas y contramarchas políticas en varios frentes.

El primero fue Michael Wolf, con su libro Fuego y Furia, que sostuvo que muchos de sus colaboradores creen que Trump no es apto para el cargo. Otro libro, Miedo, de Bob Woodward, el prestigioso periodista que junto a Carl Bernstein destapó el escándalo Watergate, afirma que al presidente le esconden documentos sobre seguridad nacional por temor a lo que podría decidir.

También hubo un artículo anónimo publicado en el The New York Times por un miembro de alto nivel de la Casa Blanca, quien aseguró que “héroes anónimos” trabajan desde dentro de la administración contra Trump “para frenar partes de su programa político y sus peores inclinaciones”.

Y el último testimonio –pero primero en el tiempo– fue el del ahora ex embajador británico en Washington, Kim Darroch, que ya en 2017 advertía en sus cables reservados a Londres que la Casa Blanca era “disfuncional”, y el presidente alguien “inepto y torpe” que solo entendía las cosas cuando se las decían “con brutalidad”.

Es en ese contexto que Pompeo y Bolton han asentado su poder.

Contexto. “Hay que considerar el perfil de Trump, advierte Ohanessian. Es alguien alejado de los cánones previstos para un presidente, con un discurso belicista”.

“Pero Trump no es un militar, es un negociador, así que hay que saber que tira de la cuerda y después negocia para maximizar el beneficio”, añade. Los halcones tienen entonces la tarea de “tirar de la cuerda”, para que después el presidente ceda o se muestre componedor. Ha sucedido con Irán y con el norcoreano Kim Jong-un, por ejemplo.

El especialista recuerda que no solo es una cuestión de personas, ya que también tienen una gran influencia en la línea dura del gobierno “think tanks” como la Heritage Foundation o la Rand Corporation,  “que marcan la cancha en relación a la defensa, la seguridad y la necesidad de un músculo militar fuerte”.

Más allá del poder de acción que puedan haber acumulado los halcones, encuentran límites. “Tienen relaciones no del todo fluidas con el Pentágono. El secretario de Defensa que propusieron tuvo que bajarse por ‘cuestiones personales’, y otros funcionarios están sin acuerdo del Congreso”, recuerda Battaleme.

“El Pentágono, agrega, es muy reticente a embarcarse en acciones militares contraproducentes, ya que se encuentra en pleno proceso de reorganización ante sus dos amenazas favoritas, China y Rusia donde, paradójicamente, Pompeo y Bolton no son halcones, sino moderadores de las peores tendencias de Trump”.

Además, hay que recordar que Estados Unidos es “un país en el que el presidente puede estar rodeado por belicistas, pero hay un entramado institucional que morigera lo que quiera hacer”.

Quien es quien

Mike Pompeo es miembro del Tea Party. Dirigió la CIA, a la que pidió ser “agresiva, brutal, despiadada e implacable “.

John Bolton es diplomático. Ha defendido “ataques preventivos” a Irán y Corea del Norte.

Claver Cardone es un abogado de origen cubano. Como director por EE.UU. en el FMI apoyó el préstamo a Argentina.

Elliot Abrams fue uno de los arquitectos de la guerra contra Irak cuando era funcionario de George W. Bush.

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