El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dejó hoy, sábado, a Tailandia con las esperanzas de reanudar las conversaciones nucleares con Corea del Norte frustradas, en un momento en que se intensifica la guerra comercial con China y una ruptura posiblemente devastadora de las relaciones entre Japón y Corea del Sur, aliados clave de la nación estadounidense.
Después de tres días en Bangkok que el gobierno del presidente Donald Trump esperaba que concluyeran con un anuncio del fin de estancamiento en las negociaciones con Corea del Norte, Pompeo se fue sin un avance en ese frente mientras Pyongyang seguía lanzando misiles balísticos, lo que aumentó la inquietud de no lograr un acuerdo de desnuclearización.
Pompeo expresó su frustración de que Corea del Norte no enviara a la capital tailandesa ni a su ministro de Exteriores ni a un homólogo del principal negociador de Estados Unidos.
“Siempre espero una posibilidad de hablar con él”, dijo el viernes Pompeo después de que fuera evidente que no vería a los norcoreanos. “Me hubiera gustado que vinieran. Creo que nos habría dado una oportunidad de sostener otra serie de conversaciones y espero que no pase demasiado tiempo antes de poder hacerlo”.
Sin embargo, a pesar de que él y otros funcionarios estadounidenses dijeron que, actualmente, tienen contacto a un menor nivel con Pyongyang, no hay fecha ni sede para retomar las negociaciones más de un mes después de que Trump y el líder norcoreano Kim Jung Un se reunieran en la zona desmilitarizada que separa a ambas Coreas. En aquel momento, funcionarios públicos dijeron creer que la nueva ronda de conversaciones se llevaría a cabo en cuestión de semanas.
Cuatro altos funcionarios estadounidenses que acompañaron a Pompeo al foro de seguridad anual de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático dijeron que la decisión de Corea del Norte de no asistir a la conferencia, que en el pasado ha servido como sede para conversaciones de alto nivel entre ambos países, fue una sorpresa tanto para los anfitriones tailandeses como otros participantes. Uno de los funcionarios dijo que la ausencia de Corea del Norte se mencionó en cada delegación con la que se reunieron Pompeo y el enviado estadounidense Stephen Biegun.
“Desafortunadamente, los norcoreanos se perdieron esta oportunidad”, dijo el funcionario quien, como los demás, no estaba autorizado para discutir públicamente las conversaciones a puertas cerradas y habló bajo condición de anonimato.