El secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, informó este martes sobre el estado de las víctimas de tiroteo del fin de semana en El Paso, Texas, y aseguró que estaba hablando con otros países para crear una política «de defensa y protección común”.
El canciller confirmó el fallecimiento de ocho connacionales, cuatro mujeres y cuatro hombres, y detalló que otros seis estarían heridos, tres de ellos en terapia intensiva o en estado delicado y tres en situación estable.
En total, 22 personas murieron el sábado cuando un joven entró en un Walmart y empezó a disparar. Patrick Wood Crusius, de 21 años, bajo custodia señalado por el ataque, ha sido acusado de asesinato capital.
Los cuerpos de los ocho mexicanos fueron liberados por las autoridades de EE.UU. el lunes 5 de agosto, indicó el diplomático.
Ebrard calificó lo sucedido como “una de las tragedias más grandes que ha tocado vivir a las y a los mexicanos en territorio norteamericano”.
“Queremos, y es algo indispensable hacer, participar en la investigación por parte de la Fiscalía General de la República con el auxilio de la Secretaría a mi cargo para poder estimar si hay vínculos de otras personas con este sujeto y si efectivamente el manifiesto que se publicó es de su autoría», añadió el canciller.
El diplomático se refiere al documento publicado en línea donde el joven señalado expresa preocupación respecto a que una afluencia de hispanos en Estados Unidos reemplace a los votantes blancos que están envejeciendo, lo que podría convertir a Texas en un estado demócrata.
Ebrard detalló que se ha establecido contacto con los diferentes países en los que “tenemos comunidades, en los Estados Unidos, para establecer una política de defensa y protección común”.
“Nosotros tenemos que defender la civilización mexicana, nuestros valores, nuestra aportación, pero también tenemos que defender la lengua, la cultura, será el propósito de este encuentro o de esta acción conjunta en los próximos meses, respetando los ámbitos legales, porque no tenemos ninguna pretensión de intervenir en la vida interna de los Estados Unidos”, aseguró el canciller.
Por su parte, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, indicó a la prensa luego de una reunión que: “Lo decimos con todo respeto sin afán de entrometernos en la vida interna (…) Seguiremos insistiendo; tienen que replantearse ese asunto. No descartamos que puedan llevar a cabo modificaciones a su Constitución porque no se puede permanecer con las mismas leyes de siempre cuando son otras las realidades”.
Ese mismo lunes, el canciller tuvo la oportunidad de ir hasta El Paso para conversar y expresarle su solidaridad a las familias afectadas. Ese mismo día, detalló que México evalúa iniciar una demanda internacional por «terrorismo» tras el incidente.
«La Secretaría (de Relaciones Exteriores) promoverá las acciones legales correspondientes en contra de quien resulte responsable de la venta del arma de asalto (…) que disparó», indicó Ebrard en su momento.
Uruguay y Venezuela advirtieron a sus ciudadanos que deben tomar mayores precauciones al viajar a EE.UU. debido a los últimos sucesos.
CENTROS DE ASISTENCIA
El Paso abrió centros de asistencia para familiares y personas afectadas por el tiroteo, un día antes de que el presidente Donald Trump visitara la ciudad fronteriza, para disgusto de algunos demócratas y otros residentes que dicen que su retórica ha fomentado el tipo de odio antiinmigrante que pudo haber motivado el ataque del sábado.
Se ha planeado una manifestación de protesta por la llegada de Trump el miércoles que, según los organizadores, estaría dirigida hacia la supremacía blanca y exigiría el control de armas.
El jefe de policía de El Paso, Greg Allen, dijo que los investigadores creen que el presunto atacante, Patrick Crusius, de 21 años, publicó un documento antiinmigrante que apareció en línea poco antes del ataque. Crusius está detenido por cargos de crimen capital, aunque los fiscales federales también están considerando acusarlo de crímenes de odio.
Las autoridades revelaron el martes los primeros detalles de cómo arrestaron a Crusius. El sargento portavoz de la policía de El Paso. Enrique Carrillo dijo que Crusius conducía un Honda Civic cuando se detuvo, salió con las manos en alto y se entregó a un oficial de motocicletas, diciendo que él era el responsable de la masacre. Carrillo dijo que sucedió aproximadamente a un cuarto de milla (300 metros) del Walmart.
El lunes, a Crusius se le asignó un veterano defensor público de San Antonio, Mark Stevens. Stevens no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios hecha por The Associated Press el martes.
Varias de las víctimas heridas permanecían hospitalizadas el martes, incluyendo al menos una que se encontraba en estado crítico.