Desplegados por orden de Nicolás Maduro, 150 mil uniformados venezolanos, respaldados por tanques, helicópteros y sistemas antimisiles, desarrollan ejercicios militares en los 2.200 kilómetros de frontera con Colombia, en momentos en que Estados Unidos y otros países de la región invocan el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), que, según denunciaron ayer el gobierno bolivariano y Uruguay, podría legitimar una intervención militar en ese país.
El escenario no podría ser más combustible. Quince días atrás, Iván Márquez anunció que sus Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) retomaban las armas. El presidente colombiano Iván Duque acusó a Maduro de proteger y asistir a esos guerrilleros, que, según él, se habrían agrupado en territorio venezolano, donde también habría campamentos del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Con grupos armados estatales y paraestatales y la intervención de poderosos actores extrarregionales, como Estados Unidos y Rusia, tan solo falta una chispa que encienda la mecha.
Venezuela, por su parte, alertó que está “lista” para defenderse. “Nosotros nos defenderemos. Estamos preparados para protegernos, para responder”, aseguró ayer el canciller bolivariano Jorge Arreaza en una conferencia de prensa en la sede de la ONU en Ginebra. Uruguay rechazó la invocación al TIAR por considerarlo un intento de usar la fuerza para “derrocar” a Maduro. “Uruguay se negó a apoyar esta convocatoria que muestra un claro intento, nuevamente, de manejar políticamente instrumentos jurídicos internacionales en pos de intereses cuya única meta es el derrocamiento de un gobierno, no importa lo legítimo del procedimiento que se utilice”, sostuvo en un comunicado el canciller Rodolfo Nin Novoa.
Estados Unidos argumentó el jueves que el TIAR era necesario ante ejercicios militares del gobierno de Nicolás Maduro en la frontera con Colombia, al considerar que el mandatario “Nicolás Maduro no solo es una amenaza para el pueblo venezolano, sino que sus acciones amenazan la paz y seguridad de los vecinos de Venezuela”.
Tensión. “¿Guerra con Colombia?”, se preguntó ayer en un editorial el diario venezolano El Nacional. “Maduro anuncia una invasión armada, sin manejar ninguna evidencia que pueda respaldar la patriotera arenga, o como si estuviera a punto de atacarnos una potencia enemiga. Ni Colombia es una potencia, ni es enemiga, ni hay manera de sostener la acusación temeraria que se devuelve desde el Palacio de Miraflores y desde el Ministerio de la Defensa para desviar la atención sobre su connivencia con grupos irregulares del vecino país”, sostiene la publicación.
La presión diplomática de Colombia acorrala a Venezuela. El miércoles en la sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA), el canciller Carlos Holmes Trujillo mostró mapas de supuestos campamentos del ELN en Venezuela. “Maduro enfrenta un dilema. El anuncio de Colombia de llevar pruebas de la presencia de las FARC en Venezuela a la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas es muy peligroso para él. De alguna manera, se está anticipando a lo que va a hacer Colombia”, aseguró a PERFIL Rocío San Miguel, presidenta de la ONG Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada Nacional.
En ese sentido, la revista Semana publicó esta semana supuestos documentos donde la inteligencia bolivariana ordenaría asistir y proteger a la guerrilla colombiana. “Por orden del presidente Nicolás Maduro Moros, deberán evitar entablar enfrentamiento con personal de los grupos rojos en las zonas de entrenamiento y abastecimiento… Brindar apoyo logístico y entrenamiento”, dice uno de los textos, firmado por el almirante Remigio Ceballos, comandante estratégico operacional de las Fuerzas Armadas Bolivarianas. Los grupos rojos harían alusión, según Semana, a miembros de las FARC y el ELN.
Denuncia. El gobierno de Tabaré Vázquez recordó que la OEA rechazó el miércoles una enmienda, propuesta por Costa Rica, que excluía de forma expresa el uso de la fuerza en el marco del TIAR. “La única lectura posible de este rechazo es que lo que pretenden, justamente es utilizar la fuerza”, aseveró Nin Novoa.
No fue aplicado en Malvinas
El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), invocado este miércoles por Estados Unidos y otra decena de países por la crisis en Venezuela, es un texto heredado de la Guerra Fría que podría legitimar una intervención militar, pero que nunca fue utilizado, ni siquiera cuando Argentina lo invocó durante la Guerra de Malvinas.
El TIAR, firmado en 1947 en Río de Janeiro, prevé una asistencia mutua en caso de ataque militar lanzado desde el exterior contra uno de los firmantes.
Venezuela concretó su retiro en 2015, pero en julio, la Asamblea Nacional venezolana liderada por el opositor Juan Guaidó aprobó su regreso.
El TIAR fue invocado una veintena de veces, pero nunca fue aplicado. Argentina apeló a él en 1982 durante la Guerra de Malvinas, pero Estados Unidos eligió apoyar al Reino Unido.