Plan de seguridad de Sheinbaum repite estrategia que no ha logrado frenar la violencia en México

La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum presentó el martes un plan nacional de seguridad que buscará fortalecer la investigación y la inteligencia para reducir delitos de alto impacto pero que seguirá apostando a las mismas estrategias de su antecesor, que dejó la seguridad pública en manos de los militares y no confrontó con los poderosos cárteles de la droga.

El momento que eligió Sheinbaum para exponer sus estrategias no es el más oportuno. El brutal asesinato de un alcalde en el sur país y la ola de violencia que ha recrudecido en los estados de Sinaloa y Guanajuato —donde en la última semana han fallecido más de una veintena de personas— muestran cómo pese a la fuerte presencia de militares en las calles no se ha logrado contener la criminalidad.

Durante su conferencia de prensa matutina Sheinbaum delineó los cuatro ejes de su plan de seguridad: la atención de las causas de la violencia a través de programas sociales para evitar que los jóvenes sean captados por la delincuencia, la consolidación de la Guardia Nacional bajo el mando del ejército, la creación de un sistema nacional de inteligencia e investigación, y el trabajo coordinado entre el gobierno federal, los estados, municipios y el Ministerio Público.

Sheinbaum ratificó que mantendrá la política del expresidente Andrés Manuel López Obrador de no confrontación con los cárteles de la droga, que controlan vastas regiones del país y que han sumido en la violencia a algunas ciudades como Culiacán, capital del estado norteño de Sinaloa, donde se ha desatado en el último mes una sangrienta disputa entre dos facciones del Cártel de Sinaloa tras la detención en Estados Unidos de dos de sus capos.

“No va regresar la guerra contra el narco”, afirmó la mandataria al referirse a la estrategia de seguridad del gobierno del expresidente Felipe Calderón (2006-2012) que dejó varios cientos de muertos y numerosas desapariciones y denuncias de violaciones a los derechos humanos contra agentes de las Fuerzas Armadas y la policía.

Al referirse a la situación de Culiacán, Sheinbaum reiteró las críticas a Estados Unidos por no haber aportado información sobre la detención que se realizó en julio en Texas del histórico líder del Cártel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada, y anunció que el canciller Juan Ramón de la Fuente se reunirá con el embajador estadounidense Ken Salazar para hablar del caso.

Desde septiembre el bando liderado por “Los Chapitos”, que integran los hijos del exlíder detenido de la organización Joaquín “El Chapo” Guzmán, se han enfrentado a los seguidores de Zambada.

Los choques se dieron varias semanas después del arresto del histórico capo que fue apresado junto a Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de “El Chapo”, quien presuntamente le tendió una trampa a Zambada y lo secuestró para llevarlo a Texas en una operación que aún tiene muchos interrogantes.

Como parte de las nuevas políticas, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, anunció que se creará un sistema nacional de investigación e inteligencia que unificará las capacidades de investigación de todas las instituciones de seguridad del país.

Al defender la iniciativa García Harfuch, un expolicía federal que dirigió por casi cuatro años la seguridad en la capital mexicana, expresó que el nuevo sistema de inteligencia permitirá “desarrollar estrategias más efectivas para combatir a las organizaciones delictivas”.

Aunque el nuevo secretario de Seguridad federal ha asegurado que habrá coordinación entre las fuerzas policiales, la Guardia Nacional y los militares en las labores de seguridad e inteligencia, algunos analistas han manifestado dudas de que eso pueda concretarse.

Otras de las apuestas del gobierno de Sheinbaum es la Guardia Nacional, un cuerpo que creó López Obrador en 2019 para reemplazar a la desaparecida policía federal y que desde este mes pasó formalmente a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) luego de estar por años bajo control civil.

García Harfuch descartó el martes que la transferencia de la Guardia Nacional al ejército represente una militarización de ese cuerpo y defendió la medida asegurando que lo que se busca es “aprovechar las capacidades” de la Sedena.

A pesar de contar con unos 130.000 elementos la Guardia Nacional no ha tenido mayor incidencia en el combate a la violencia, lo que algunos especialistas atribuyen a que el cuerpo sólo se ha dedicado a actividades disuasivas y al control de los migrantes y no investiga ni enfrenta directamente a las células criminales.

En un país que el año pasado cerró con un registro de alrededor de 30.000 asesinatos, consolidando la tendencia de los últimos años, pareciera muy cuesta arriba que se pueda resolver en el mediano plazo la problemática de la violencia.

Según el analista de seguridad David Saucedo es una “idea errónea” que se pretenda resolver la criminalidad instrumentado acciones desde nivel federal o estatal y dijo a The Associated Press que la solución del problema pasa por las manos de los cabecillas de los cárteles de Jalisco Nueva Generación y Sinaloa. “Los que ponen las reglas, los que hasta el momento son la vanguardia en esta problemática, son ellos”, aseveró.

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