Investigado por la Justicia por los graves delitos de «estupro, trata y tráfico de personas», el expresidente Evo Morales aumentó este viernes en Bolivia la presión sobre el gobierno de su exministro, el ahora presidente Luis Arce, al declararse en huelga de hambre en reclamo de que se convoque a una «mesa de diálogo».
Fue al cabo de una jornada volcánica, con el país casi sumido casi en la anarquía, al punto que partidarios de Morales tomaran varios puestos militares y mantuvieron de rehenes al menos a 20 uniformados, en el marco de las duras protestas que iniciaron a mediados de octubre.
Morales es investigado penalmente por un caso de estupro que él niega, y sus seguidores denuncian que hay «una «persecución judicial y política del gobierno de Luis Arce contra el líder indígena» de 65 años.
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En los hechos, la disputa de fondo del enfrentamiento entre Morales y Arce es por el control de la izquierda oficialista, y sobre todo de la nominación presidencial para los comicios de 2025.
Así a las decenas de bloqueos de rutas y caminos, que han complicado severamente todas las cadenas de producción y abastecimiento del país, la situación se agravó este viernes cuando indígenas y campesinos «tomaron por asalto tres unidades militares, reteniendo como rehenes a militares y a sus familias, y amenazando sus vidas», según denunció el presidente Arce en redes sociales.
En un video difundido por la prensa boliviana, se ve a militares rodeados de campesinos con palos, que denuncian «nos han cortado el agua, la luz, nos han tomado como rehenes».
Los destacamentos, donde según Arce irrumpieron «grupos armados afines a Evo Morales», están en la región cocalera del Chapare, en el departamento de Cochabamba, en el centro de Bolivia.
Una fuente del Ministerio de Defensa, que habló bajo reserva con la AFP, precisó que en el lugar había «una veintena» de retenidos entre oficiales y soldados.
Este viernes el gobierno envió a las Fuerzas Armadas para que apoyen a la policía en el despeje de las carreteras bloqueadas por los afines al expresidente.
Morales, entretanto, se declaró en huelga de hambre. «Para priorizar el diálogo, voy a iniciar una huelga de hambre hasta que el gobierno instale (…) mesas de diálogo», djo Morales en una conferencia de prensa.
«Suspendan temporalmente los bloqueos»
Morales está «resguardado en Chapare», según señalaron allegados, y ante el cariz de las protestas, desde allí pidió este viernes «a los hermanos que están movilizados que consideren suspender temporalmente los bloqueos de caminos justamente para evitar hechos de sangre».
Morales abrió esa opción de tregua en las protestas el mismo día en que 19 policías y un periodista resultaron heridos durante la «jornada de desbloqueo» en Parotani, epicentro de la protesta en Cochabamba.
De esa forma, aumentaron a 90 los heridos y lesionados en las manifestaciones, la gran mayoría policías, según el balance oficial. Los campesinos bloquean carreteras en alrededor de 20 puntos de Bolivia, principalmente de Cochabamba, en defensa de su líder.
Sin embargo, tras iniciarse como un reclamo por la situación judicial de Morales, ahora la protesta exige la renuncia del presidente Luis Arce, al que culpan de la crisis derivada de la falta de dólares que ha restringido las importaciones de combustible.
En los hechos, la disputa de fondo es el enfrentamiento de Morales y Arce por el control de la izquierda oficialista, y sobre todo de la nominación presidencial para los comicios de 2025.
Al declararse en huelga de hambre, Morales exigió al gobierno de Arce «discutir el tema económico y el tema político», señalando que «para que el diálogo sea viable, responsable y tenga resultados, pido la participación de organismos internacionales de países amigos».
Morales explicó que además de la crisis económica, se debe tratar «la situación de dirigentes injustamente encarcelados».
Las protestas de sus partidarios se iniciaron ante lo que consideraban la inminente detención del expresidente por los presuntos delitos de «estupro, trata y tráfico de personas».
La fiscalía abrió la investigación a raíz del presunto abuso de una menor en 2015, cuando Evo Morales era presidente. Según él, se trata de una «mentira más» orquestada por el gobierno para impedirle ser candidato presidencial en 2025.
La tensión se elevó aún más después del pasado fin de semana, cuando Morales denunció que agentes del Estado intentaron matarlo a balazos en el Chapare, versión que el gobierno desmintió, instalando la versión de un «autoatentado».
Arce exigió luego a los manifestantes el desbloqueo «inmediato» de las vías, bajo la amenaza directa de enviar a las fuerzas armadas a los puntos de protesta más duros o incluso de declarar el estado de sitio.
El pedido de Guterres desde la ONU
Ante la «escalada de las tensiones en Bolivia», el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, insta a las partes a la moderación y pidió que «se abstengan de todo acto de violencia», según declaró este viernes su portavoz, Stéphane Dujarric.
La situación entonces no encuentra todavía una salida sin enfrentamientos, por lo que queda ver cómo evoluciona el cuadro de crisis este fin de semana.
AFP/HB