Jair Bolsonaro nunca ocultó su deseo de liberación de armas, declaró que si alguien ingresara en su casa lo dudaría en atacarlo a balazos. «Yo , por ejemplo, como hombre tengo que defender a mi mujer y si un hombre entra en mi casa (…), ahí hay que meter bala», planteó el gobernante en una entrevista realizada este domingo a Radio Bandeirantes.
De esa forma el presidente brasileño reafirmó su convicción a favor de la flexibilización de la portación de armas que dio lugar a un decreto publicado el miércoles pasado en el que camioneros, políticos, periodistas y otros grupos fueron beneficiados con ese permiso «Si alguien entra en su casa hay que descargar (proyectil) en él», recomendó Bolsonaro.
Bolsonaro gobierna desde el 1 de enero uno de los países más violentos del mundo, con una tasa de homicidios de más de 30 por cada 100.000 habitantes, que se compara con alrededor de 5 por cada 100.000 en Estados Unidos. Gran parte del atractivo electoral de Bolsonaro tuvo que ver con su promesa de restablecer el orden dando a los policías la facultad de matar a presuntos delincuentes y permitir que los brasileños se armen.
Si bien es legal poseer un arma en Brasil, obstáculos burocráticos limitan su registro y la mayoría se obtiene ilegalmente. En 2018, se emitieron 48.330 licencias para tener armas y municiones y se renovaron 210.097, según datos de la Policía Federal. En contraste, el 94,9 por ciento de las 119.484 armas de fuego incautadas por las autoridades en 2017 no fueron registradas, según datos del Foro Brasileño de Seguridad Pública.
D.S.