La autopsia del financista pedófilo Jeffrey Epstein mostró fracturas en su cuello

La autopsia del cuerpo del financiero Jeffrey Epstein reveló que tenía fracturas en los huesos del cuello, informaron este jueves varios medios estadounidenses, pero el forense neoyorquino que examinó el cadáver indicó que se necesitarían más estudios para determinar la causa de su muerte.
Según fuentes anónimas citadas por el Washington Post y el New York Times, la autopsia del financiero de 66 años, hallado muerto en una cárcel de Nueva York el sábado, mostró una fractura del hueso hioides, cerca de la nuez.

Expertos citados por los medios explicaron que esa fractura podría deberse a un suicidio por ahorcamiento, sobre todo en personas bastante mayores como Epstein, o a un estrangulamiento. Esto no permite, por tanto, confirmar si el multimillonario se quitó o no la vida.

La oficina del forense neoyorquino no confirmó ninguna de esas informaciones y dijo que era demasiado pronto para determinar de qué había muerto Epstein.

Poder, abusos y suicidio: las claves del oscuro caso Jeffrey Epstein

«En todas las investigaciones judiciales, todas las informaciones se deben sintetizar para determinar la causa y la manera en que ocurrió la muerte», indicó en un comunicado. «Todo debe ser coherente. Ningún elemento puede ser evaluado solo».

Epstein fue encarcelado tras ser acusado de organizar una red de menores de edad de las que abusó sexualmente. Su muerte, en una cárcel considerada muy segura, suscitó interrogantes y teorías conspirativas, difundidas por usuarios de las redes sociales, entre ellos el presidente estadounidense, Donald Trump.

Muchos insinuaron que fue asesinado para proteger a la gente poderosa a la que conocía.

La muerte de Jeffrey Epstein desata una batalla por su misteriosa herencia

El secretario estadounidense de Justicia, William Barr, que el sábado calificó la muerte de Epstein de «aparente suicidio», lanzó dos investigaciones y denunció «graves irregularidades» en la cárcel.

El martes anunció la suspensión de los dos guardias que debían vigilar a Epstein y el traslado temporal del director de la prisión, sin precisar la naturaleza de las irregularidades. Según fuentes del New York Times, los guardias se durmieron durante casi tres horas esa noche, a pesar de que debían hacer rondas cada media hora.

EA

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