Desde que el pasado 23 de enero, Juan Guaidó emergió como líder de la oposición venezolana y fue juramentado como presidente interino del país, con el respaldo de decenas de naciones extranjeras; la palabra “elecciones” ha capturado la atención de todos los que desean una salida pacífica. Si bien, los gobiernos aliados de Guaidó se han paseado por varias posibilidades, el paso número tres de la oferta país establecida por el gobierno encargado, parece estar más lejos de lo que muchos esperan.
Para Carlos Ponce, analista y profesor de la Universidad de Columbia, la oposición en Venezuela no tiene un plan estratégico dirigido a lograr una salida electoral.
“Si ahorita tú vas a ir a un escenario electoral, tú abiertamente lo dices y preparas tu escenario electoral y haces que la gente esté en la calle preparándose para unas elecciones, meses atrás y teniendo todas las condiciones dadas. Si tú vas a una confrontación de calle para generar una inviabilidad de un régimen, y obligar al régimen a buscar una salida, tú la implementas; pero tú no puedes tener esas dos cosas al mismo tiempo: irte a negociar en Noruega, después estás hablando de que la gente tiene que organizarse… No veo que hay claridad”.
Y es que, según Ponce, en el lado del gobierno encargado, hay muchos actores haciendo “más ruido que aprovechando las fisuras” que puede tener el gobierno en disputa de Nicolás Maduro.
Según el Dr. Daniel Zovatto, Director de América Latina y el Caribe, del Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA) el momento actual presenta retos importantes para la oposición, “tienen que unirse, tienen que dejar los egos de lado, tienen que tener un proyecto y una estrategia común (…) Si la oposición en Venezuela sigue dividida, el gobierno va a hacer lo mismo que ha hecho durante todo este tiempo: llamar a negociar con la oposición, que en realidad es negociar con las oposiciones. Esto incluye que, de cara a un proceso electoral, los liderazgos que vayan a representar a la oposición surjan de elecciones internas”.
Diálogos amparados por Noruega … ¿aportan soluciones reales?
Si bien la historia está marcada de varios episodios donde la capacidad de diálogo de las partes ha jugado un papel preponderante, según el Dr. Daniel Zovatto, “la experiencia última en Venezuela, lamentablemente, sobre los diálogos no es tan positiva».
En gran medida el diálogo ha ido perdiendo legitimidad porque, con razón, desde la oposición se los ve como una manera de ganar tiempo, consolidarse en el poder y tratar de dividirlos, porque las diferentes partes de la oposición muchas veces tienen diferentes perspectivas sobre hasta qué punto negociar”.
Para Zovatto, las elecciones han sido siempre la llave para “transitar del autoritarismo a la democracia”; pero en el caso de Venezuela, una posible solución electoral a través del diálogo, no se logrará por si sola, sino por la unión de muchos factores: diálogo, presión en las calles, presión diplomática, sanciones personalizadas y negociación.
Acota Zovatto que el proceso de diálogo tampoco ha generado las condiciones básicas para aclarar, no sólo quiénes deberían competir en unos comicios presidenciales adelantados, sino las condiciones mínimas para que los mismos se realicen y tengan integridad; es decir, que sean libres, competitivos y sin manipulación.
“Yo creo además que, en principio, Maduro no debería estar en el ‘ticket’ y yo diría que, preferentemente, Guaidó tampoco. De manera tal que quienes negocien las condiciones del proceso electoral no sean los que se están beneficiando. El chavismo debería proponer un candidato y la oposición debería proponer otro”.
Además, “hay muchísimas cosas asociadas al voto que, realmente, si no haces una planificación de seis meses o de un año antes, es imposible tener unas condiciones electorales óptimas para salir de una dictadura que está apoyada por grupos criminales, narcotráfico… eso es muy difícil de sacar”, acotó Ponce.
“Hay que tragarse unos cuantos sapos”
Sin embargo, un proceso electoral presidencial, no sólo llevaría mucho tiempo de preparación, pues debe incluir el cambio de los rectores del Consejo Nacional Electoral y el saneamiento del padrón electoral dentro y fuera de Venezuela, sino que traería consigo un proceso de negociación mucho más profundo.
“El chavismo sabe que, muy probablemente, si va a una elección con esas garantías [de transparencia] las pierde – acota el Dr. Zovatto – y si las pierde, se preguntará ‘¿qué me pasa a mí, a mi familia, a mis aliados, mi patrimonio cuando esté fuera del poder? (…) Es por esto que, muchas veces estos procesos de transición vienen acompañados de acuerdos y arreglos que quizás a uno les revuelve el estómago… Hay que tragarse unos sapos, muchas veces muy incómodos y moralmente repudiables; pero de lo contrario, la única opción que queda es derrotarlos militarmente o convencer a los militares que le quiten el apoyo [a Maduro y sus aliados] y ellos no quieran quedarse en el poder”.
Por lo pronto, y según estos analistas, 2019 no debería terminar sin tener una hoja de ruta firme que trace un 2020, más que lleno de esperanza, lleno de resultados.