BOGOTÁ, COLOMBIA —
La captura de la excongresista colombiana Aída Merlano, en Venezuela, no solo ha avivado las tensiones de ese país con Colombia, sino que ha puesto sobre la mesa cuáles serían las posibles salidas para que se logre su extradición, teniendo en cuenta la actual ruptura de las relaciones diplomáticas entre el presidente Iván Duque y el gobierno en disputa de Nicolás Maduro.
El gobierno colombiano informó, a través de un comunicado, que la extradición sería pedida al presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó.
“Cuando el juez competente solicite la extradición de la señora Aída Merlano, el Gobierno Nacional hará la solicitud ante el legítimo Gobierno de Venezuela, en cabeza de Juan Guaidó”, dice el texto emitido por el Ministerio de Justicia, un día después de la captura.
El presidente en disputa venezolano, Nicolás Maduro, se mostró dispuesto a restablecer las relaciones consulares para atender asuntos como este.
Sin embargo, Duque reiteró que Maduro era quien había roto las relaciones y señaló que la «dictadura» no debe pretender «ocultarse en argumentos para tratar de sacarle provecho o chantajes diplomáticos a la situación”.
“Hace pocas horas, el dictador de Venezuela salió a expresar que la captura de una mujer, exsenadora, acusada de corrupción, no podía materializarse en la entrega a Colombia, porque Colombia tenía una política exterior errática frente a Venezuela (…) grave error comete el dictador, porque se le olvida a él y a algunos de sus áulicos que fue él quien el año pasado, en el mes de febrero, decidiera romper relaciones políticas y diplomáticas con Colombia, pero, además, expulsando a nuestro personal diplomático y consular, al cual le dio un ultimátum de 24 horas para salir del país”, agregó Duque.
Por su parte, la Ministra de Justicia, vocera del gobierno para el caso, confirmó, en una rueda de prensa, el martes, la decisión del gobierno: «es un tema claro, Colombia no reconoce ni tiene una relación con el régimen dictatorial de Nicolás Maduro».
¿Error o acierto?
La decisión ha despertado una serie de opiniones entre expertos, senadores y miembros del gobierno nacional, quienes no auguran un final rápido al proceso de Aída Merlano.
Gustavo Petro, senador y uno de sus principales detractores del gobierno de Duque señaló, a través de su cuenta de Twitter, que Merlano «va a quedar libre» gracias, según él, a «la estupidez diplomática de Duque».
Aunque este medio intentó contactar al senador Petro, no se obtuvo una respuesta.
Por su parte, el senador Armando Benedetti, también opositor, dijo que el enfrentamiento con el gobierno en disputa de Nicolás Maduro demuestra los errores que ha cometido el gobierno de Iván Duque al buscar popularidad, a través del tema internacional.
No obstante, Álvaro Uribe, expresidente y dirigente del partido Centro Democrático -al que pertenece el presidente Duque- señaló en un tuit, el jueves, que el mandatario colombiano «escogió la única opción posible: ser coherente».
«Venezuela y Cuba han protegido al terrorismo como guillotina contra la democracia de Colombia. La única presión aceptable es aquella de la conciencia sin caprichos», agregó el expresidente.
¿Cuáles son los caminos?
Algunos expertos entrevistados por la Voz de América señalan que se tiene un camino difícil para lograr la extradición de Aida Merlano, teniendo en cuenta que está en manos de las autoridades que maneja el gobierno en disputa de Venezuela.
Jairo Libreros, profesor titular de la Escuela de Gobierno de la Universidad Externado de Colombia, le dijo a VOA Noticias que, para que se haga efectiva la presencia en colombiano de Merlano, «se requiere una solicitud clara, precisa y expresa a Nicolás Maduro».
Por su parte, Walter Arévalo, profesor de derecho internacional de la Universidad del Rosario, el tema está en que «Aída Merlano está bajo control de autoridades venezolanas, de las cuales tiene control efectivo Nicolás Maduro».
Entonces, independiente del reconocimiento de Colombia al gobierno de Guaidó, «las autoridades migratorias, judiciales, de inteligencia, de policía, penitenciarias, están bajo el control de Maduro, entonces esas son las mismas autoridades en las que está la potestad de proceder a responder una solicitud de extradición o de realizar una deportación», explicó Arévalo a la VOA.
Frente a la propuesta de Nicolás Maduro de retomar relaciones diplomáticas, el consultor y analista político Jairo Libreros dice que Duque no restablecerá estas relaciones, pues «eso implicaría demostrar que la estrategia de política exterior denominada el cerco diplomático fracasó estruendosamente».
Y, aunque confiesa que es difícil que se pueda dar en corto plazo, existe la posibilidad de crear un canal de comunicación que, por lo menos, para instancias relaciones con procesos penales, se puedan llevar a cabo trámite de extradición o de deportación.
En cambio, para Maduro -señala el analista- esta situación «le cayó del cielo» y es una oportunidad que aprovecha muy bien, no solo para demostrar que tiene información de prácticas corruptas en Colombia, sino que «le va a sacar provecho (…) para restablecer las relaciones diplomáticas».
Sobre estas relaciones, el profesor Arévalo explica que es necesario restablecerlas, como Estado, independientemente del mandatario venezolano, más allá del caso de la excongresista, pues el problema de que no existan es que «no hay asistencia consular ni diplomática ni para los colombianos en Venezuela ni venezolanos en Colombia» y afirma que hay situaciones que, a pesar de las diferencias políticas, tienen este tipo de relaciones.
Entre miles de asuntos, dice, una solicitud de extradición, por ejemplo, se permite a través de la asistencia consular a los ciudadanos.
Pero, añade Arévalo, la situación le ha servido a Maduro para demostrar que Guaidó carece de algunos controles.
Por su parte, el excanciller Julio Londoño explicó a la Voz de América que, «en las situaciones más complicadas entre los estados se establecen contactos, se establecen líneas de acción”.
Así que los caminos, para Arévalo, se traducen en tramitar una solicitud de extradición ante las autoridades que están bajo control de Maduro -algo contradictorio para la posición del gobierno de Duque- o que Maduro decidiera otorgarle asilo a Merlano, «algo irregular porque se le otorga a personas que no han violado el régimen migratorio y ella lo hizo».
Finalmente, el procurador Fernando Carrillo ha dicho que no es suficiente pedir la extradición a Guaidó, sino acudir a instancias internacionales.
“No basta con solicitarle al Gobierno del presidente Guaidó sino explícitamente solicitarle a Venezuela que entregue a esa señora. Acá no se trata de un delito político, se trata de un delito de corrupción en Colombia”, argumentó.
No obstante, el profesor Arévalo afirma que «no hay una organización que sea competente en materia de extradición» y que, aunque se pueda invocar a una presión internacional para un cambio en Venezuela, «las normas internacionales contra la corrupción (…) son para juzgar a Aida Merlano, pero no para extraditarla».
Merlano había sido condenada, en Colombia, a 15 años de prisión, por concierto para delinquir, fraude electoral y tenencia ilegal de armas. En octubre, se fugó, cuando se encontraba en el dentista.