La justicia alemana anunció este miércoles 7 de diciembre que logró frustrar los planes de un grupúsculo de extrema derecha que proyectaba atacar las instituciones democráticas del país, incluido el parlamento.
La policía detuvo a 25 personas, dos de ellas en Austria e Italia, tras un importante despliegue en todo el territorio que movilizó a unos 3.000 agentes y condujo a más de 130 allanamientos. Los distintos cuerpos participaron de una macrooperación en 11 de los 16 Estados federados alemanes.
Los detenidos son sospechosos de «haber hecho preparativos concretos para entrar violentamente en el Bundestag (la cámara baja del parlamento) con un pequeño grupo armado», según detalla un comunicado de la fiscalía. «Sospechamos que estaba previsto un ataque armado contra los órganos constitucionales«, explicó el ministro de Justicia, Marco Buschmann, a través de Twitter donde se refirió a «una amplia operación antiterrorista».
Los medios de ese país destacaron que se trata de la mayor operación policial de este tipo jamás realizada en Alemania. Además de los arrestos, otras 27 personas están siendo investigadas por sospechas de pertenencia a esta célula criminal, indicó la fiscalía. Entre los detenidos figuran antiguos miembros de las Fuerzas Armadas (Bundeswehr), un expolicía y al menos una política del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
En la primavera boreal, ya habían desmantelado otro grupúsculo de extrema derecha sospechoso de planear atentados en el país y de proyectar el secuestro del ministro de Sanidad, que implementó las medidas de restricción anti-Covid.
«Ciudadanos del Reich»
En el punto de mira está un movimiento llamado «Reichsbürger» (Ciudadanos del Reich, en alemán). Sus integrantes no reconocen las instituciones ni al Estado Alemán, no obedecen a la policía ni pagan impuestos, y algunos son de filiación neonazi.
Esta célula, fundada «como máximo a finales de 2021», pretende «superar el orden estatal existente en Alemania y reemplazarlo por una forma de Estado propia», para esto pretender usar «medios militares y de violencia contra los representantes del Estado», indicó el comunicado de la fiscalía de Karlruhe, encargada de los casos que afectan la seguridad del Estado.
Los miembros del grupo están «unidos por un profundo rechazo de las instituciones del Estado y del orden fundamental liberal y democrático de la República Federal de Alemania, que ha hecho crecer en ellos, a lo largo del tiempo, la decisión de participar en su eliminación por la violencia y lanzarse a actos preparatorios concretos a este efecto», aseguraron los fiscales.
Alemania calcula que unas 20.000 personas han abrazado esta ideología y que una parte de ellos se ha radicalizado. Entre ellos hay negacionistas y personas que se plantean usar la violencia. Los miembros del grupo desmantelado también están familiarizados con las teorías del movimiento conspirativo QAnon, un grupo de extrema derecha que nació en Estados Unidos, detalló la fiscalía.
Entre los detenidos se encuentra Heinrich XIII o Enrique XIII, de 71 años que es un antiguo miembro de la realeza conocido también como Príncipe Reuss. Los investigadores lo venían siguiendo porque lo clasificaban como miembro de Ciudadanos del Reich y constataron que, a través de un chat, planificaban realizar un golpe de Estado.
Otra detenida llama la atención: la exdiputada de AfD y jueza del Tribunal Regional de Berlín, Birgit Malsack-Winkemann. Según medios alemanes, al haber formado parte del Bundestag entre 2017 y 2021 el grupo planeaba usar su antigua acreditación para facilitar el acceso al edificio a los asaltantes.
Intentos de contactar con Rusia
Los integrantes de la célula buscan alcanzar la «liberación» a través de la «intervención inminente de la ‘Alianza’, una sociedad secreta técnicamente superior que reúne a gobiernos, servicios de inteligencia y militares de distintos países, entre ellos la Federación de Rusia y Estados Unidos». Según los fiscales, uno de los integrantes del grupo trató de ponerse en contacto con «representantes de la Federación rusa en Alemania».
Sin embargo, las investigaciones realizadas hasta ahora no apuntan a que los interlocutores rusos hayan reaccionado a las solicitudes.
La embajada rusa en Berlín rechazó cualquier vínculo con este tipo de organizaciones. «Las oficinas diplomáticas y consulares rusas en Alemania no tienen ningún contacto con representantes de grupos terroristas o de cualquier otra formación ilegal», declaró, citada por las agencias de noticias estatales Ria Novosti y Tass.
La red de extrema derecha era consciente que para eliminar el orden democrático, «habría también muertos», pero lo consideraba «una etapa intermediaria necesaria» para alcanzar el «cambio del sistema».
Según la justicia, la organización estaba muy estructurada, con un «órgano central» y un «brazo militar» encargado de comprar equipamiento y formar los integrantes al uso de armas. También tenía comisiones de «justicia», de «asuntos exteriores» y de «salud».
Fuente: AFP
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