El especialista en Política Internacional, Jorge Castro, dialogó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9), y manifestó que no cree que «la relación con Brasil tenga que ver con los vínculos interpersonales que Alberto Fernández tenga con Lula«.
¿Hay algún paralelismo respecto de la polarización en la opinión pública brasileña con la que hay en Argentina?
El sistema político y la historia de Brasil son distintas a las de Argentina. Lo que sucedió es que se mostró un país dividido y polarizado, donde hubo una diferencia de 1,8 millones de votos entre Bolsonaro y Lula da Silva, que es la menor en una segunda vuelta de las elecciones brasileñas en toda la historia, desde 1985, cuando retornó la democracia.
Lo que hay que agregar es que Bolsonaro logró en la segunda vuelta casi 58 millones de votos, 49,1% del total, que podría determinar que Brasil está dividido por mitades en lo que se refiere al resultado electoral.
Las divergencias son de tipo político, cultural, regional y productivo. Hay un tercer elemento de que el bolsonarismo se impuso en los tres estados más importantes, que son San Pablo, Mina Gerais y Río de Janeiro. Al mismo tiempo, la coalición de derecha y centroderecha que respaldó a Bolsonaro los últimos cuatro años tiene el control de las dos Cámaras del Congreso.
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En este sentido es que la situación brasileña presenta una polarización y enfrentamiento interno agudo. Por eso es que no hay prioridad mayor para el nuevo gobierno que la pacificación interna, establecer algún tipo de diálogo y de convergencia con los sectores que representan el bolsonarismo y que expresan el 49,1% de los votantes.
Esto no es lo que ocurrió en el discurso de Lula ante el Congreso de la Federación, porque este es uno que sirve para acentuar la polarización en la disputa de adentro.
¿Uruguay es el país que más pudo dar un gesto de madurez democrática importante teniendo allí al presidente actual y a los anteriores? ¿Dentro de la región es el que mejor puede expresar esto?
Uruguay tiene una cultura política y un sistema político que es completamente distinto al resto de la región, se basa en el consenso y en la unidad nacional. El hecho de que Luis Lacalle Pou haya viajado con la compañía de Julio María Sanguinetti y Pepe Mujica es un claro ejemplo.
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Alejandro Gomel (AG): Esta expectativa grande Del gobierno argentino, ¿tiene correlación con lo que se puede esperar de aquí en más del vínculo de Lula con Alberto Fernández?
No creo que la relación con Brasil tenga que ver con los vínculos interpersonales que Alberto Fernández tenga con Lula. Para Argentina, Brasil es la prioridad estratégica absoluta en términos de inserción internacional, ya sea que gobierne Lula o Bolsonaro.
En este sentido, para Argentina no hay una diferencia entre una conducción política y la otra porque lo fundamental es establecer una relación Nación – Nación y Estado – Estado.
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¿Qué cree que puede mejorar para Argentina en la relación de nuestro país con quien es su principal socio estratégico por un lado?
Lo más importante de la política exterior de Lula, en lo que refiere a la relación con Argentina, es el hecho de que él y su nuevo ministro de Relaciones Exteriores señalaron que su intención es llevar adelante el acuerdo con la Unión Europea para establecer un convenio de libre comercio con el Mercosur.
Lula tiene a favor, frente a la opinión europea, el hecho de disponer de una política ambientalista favorable y firme, sobre todo, a través de la designación de Marina Silva como nueva ministra de Medio Ambiente. De modo que lo probable es que se avance en el camino del convenio de libre comercio entre el Mercosur y la UE, lo cual implica directamente a Argentina, porque donde vaya Brasil tendrá que ir también.
BL JL
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