La carretera Panamericana, la más larga de América, quedó destruida a su paso por el departamento colombiano del Cauca. Meses de intensas lluvias que se fueron acumulando sobre la montaña convirtieron el terreno en un río de barro que sepultó un tramo de la vía y dejó desde entonces al departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador, aislado del resto del país.
El deslave en el kilómetro 75 en la población de Rosas, Cauca, también dejó sin hogar a unas 150 familias que vivían sobre la montaña, el gobierno evacuó a los damnificados, los instaló en albergues temporales y se comprometió a reubicarlos en terrenos fértiles.
“Una reubicación campesina implica una hacienda lo suficientemente grande para que quepan las personas que salieron, para que las personas tengan más tierra de la que tenían acá”, dijo el presidente Gustavo Petro desde la zona del derrumbe el jueves, lugar al que había intentado llegar desde el pasado martes, pero el mal tiempo en la zona le impidió aterrizar su avión.
“Ya llevábamos el año pasado, cuando terminaron 10 meses de invierno, con circunstancias terribles”, añadió Petro sobre la situación que ha obligado al Ejecutivo a destinar hasta la fecha 2,1 billones de pesos (unos 400 millones de dólares) para atender estas emergencias. «Creímos que estos días marcaban su final, pero apenas son una tregua; el invierno sigue hasta junio, imagínense ustedes todo lo que tendremos que afrontar».
En Nariño, transportistas le manifestaron a la Voz de América el temor a que los golpee una grave crisis, que ya ha empezado a afectar al abastecimiento de gasolina y otros productos básicos, así como la salida de la mercancía que se ha quedado represada.
“La situación es muy grave porque la economía en el departamento de Nariño se ha frenado en un 100%, anexo a eso la producción de nuestros campesinos están sin poder salir de las zonas rurales. Los transportadores de carga estamos afrontando un gran problema porque más de 6.000 camiones se quedaron represados”, dijo a la VOA, Marcos Arévalo, transportador.
El gobernador del departamento del Cauca, Elías Larrahondo, le comentó a la VOA que las obras para retirar la gran cantidad de tierra removida pueden tardar hasta 25 días; sin embargo, por la magnitud de lo ocurrido volver a recuperar la vía puede tardar meses.
“La montaña está en pleno movimiento por la falla geológica que se conoce como de Romeral-Cauca y además de eso la cantidad de lluvia que ha caído, llevamos un año y medio en invierno puro, lo más seguro es que la montaña se siga moviendo”, explicó.
Los empresarios aseguran que las pérdidas ya alcanzan el millón de dólares, por el costo que implica sacar los productos por la vía Pasto-Mocoa-Popayán, que consideran rural, pues según ellos es un corredor muy peligroso por la cordillera de Los Andes.
“Ya es hora de buscar otras vías alternas, es ya irresponsable seguir invirtiendo recursos del Estado porque en ese sector por las fallas y en este caso la vía quedó completamente destruida”, relató a la VOA el empresario Mario Guevara.
Por último, desde el 16 de enero empezarán a salir buques cargados con gasolina y gas desde el puerto de Barranquilla, en el caribe, hasta el puerto de Tumaco, en el pacífico, para facilitar el abastecimiento de combustible en todo Nariño.
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