Los países con el sueldo mínimo mensual más alto en América Latina son Costa Rica con 650 dólares, seguido por Chile y Uruguay que igualan en 550. Estas tres naciones disponen de una mejor situación económica que muchos otros territorios de la región. Sin embargo, en la misma medida que los sueldos son más altos, el costo de vida también es mayor y el efecto que se tiene en la calidad de vivir cambia muchísimo según las circunstancias de cada familia.
«Las cifras no reflejan el valor real que tiene ese dinero en cada país. A final de cuentas, un salario es bajo o es alto con relación al costo de la vida. Con las huellas económicas que dejó la pandemia y la ola inflacionaria que recorre el mundo, la región está pasando por un momento difícil marcado por altas tasas de interés y bajo crecimiento económico», describió un informe de la BBC. Otro fenómeno territorial es que la mitad de la población latinoamericana trabaja en el sector informal, es decir, no tiene contrato laboral, ni obra social, ni aportes jubilatorios. Y mucha menos estabilidad.
Aunque en 2023, según estadísticas, las cosas han ido mejorando con relación a los años de pandemia, los bolsillos de la población más vulnerable siguen resentidos, especialmente cuando la mayor parte de sus ingresos se destina a alimentación o el pago del alquiler. Un estándar que es compartido en todos los países latinoamericanos.
“Con esto es imposible ahorrar. Si uno guarda 30.000 colones (US$55) ya es mucho, pero para eso tendría que dejar de pagar los gastos fijos del mes”, afirmó la costarricense Ana Yancy Segura en un informe periodístico del portal del Reino Unido. El país centro americano dispone del salario mínimo más alto de Latinoamérica. Según el Instituto Nacional de Estadística, el costo mensual promedio de la canasta básica alimentaria en el mes de mayo ascendía a 58.887 colones (US$109) per cápita, un 25% más que hace tres años.
“Aquí en Chile está muy caro comer», expresó Rosalía Román en diálogo con el portal británico: “Me gustaría que pudiéramos tener una buena alimentación básica. No aspiro a tener ningún lujo, pero sí quiero vivir dignamente». Pero en Santiago, la renta de una vivienda en un barrio periférico puede ocupar más del 60% o el 70% del salario mínimo.En Chile la línea de pobreza por persona se sitúa en unos 280 dólares al mes, es decir, la mitad de un salario mínimo aproximadamente.
El costo de la canasta de bienes y servicios con la que se mide el Índice de Precios al Consumidor (IPC) es considerada información confidencial, según el Instituto Nacional de Estadísticas del país andino. La información que entrega el gobierno es la variación de los precios de la canasta, pero no el valor de los productos que la componen. Según los últimos informes, la inflación interanual en el país bajó a 9%, tras haber llegado a un 14% el año pasado.
“La mitad del sueldo se me va en alquiler, impuestos y gastos de servicios. Lo otro, lo administro”, explicó Valeria Avondet que cobra 550 dólares cada mes por trabajar como operadora de ventas en un call center de Uruguay. Ese monto es equiparable al salario mínimo de 21.107 pesos uruguayos fijado por el gobierno rioplatense, que convertido a la divisa estadounidense es uno de los sueldos mínimos más altos de América Latina.
En Uruguay los precios al consumo sin incluir alquiler son 94% mayores que en Argentina, de acuerdo al sitio especializado Numbeo, ademas una canasta básica total ascendía en diciembre a 18.759 pesos uruguayos per cápita (unos US$490 al cambio actual) según datos oficiales. “Uruguay es un país muy caro para vivir”, señalo´la entrevistada y agregó: “Tiene ciertas cosas buenas, como la educación, que es gratuita, y en otros países eso tiene un costo: si no podés pagarlo no accedes. Pero tiene un costo de vida que en otros países no lo tenés”.