El gobierno de Israel enviará una delegación de alto nivel encabezada por el jefe del Mosad David Barnea, que llegará a Qatar este lunes para mantener conversaciones con Hamás con el fin de garantizar una tregua de seis semanas en Gaza, en virtud de la cual los milicianos palestinos liberarían a 40 rehenes, según informó un representante israelí.
Esta fase de las negociaciones podría durar al menos dos semanas, estimó el representante, señalando las dificultades que podrían tener los delegados extranjeros de Hamás para comunicarse con el grupo en el enclave asediado tras más de cinco meses de guerra.
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La delegación recibió un «mandato general” para llevar a cabo negociaciones de forma indirecta, aunque las decisiones clave deberán ser meditadas y aprobadas personalmente por el primer ministro de Israelí Benjamín Netanyahu, y el ministro de Defensa, Yoav Gallant.
El equipo comandado por Barnea pidió al gabinete «tiempo y flexibilidad» para poder negociar y «mejorar el acuerdo» y terminar de cerrar flecos sueltos, como el número de prisioneros palestinos que podrían ser liberados a cambio de rehenes israelíes, así como el aumento de ayuda humanitaria.
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Será la primera vez que un equipo de Israel y otro de Hamás participen en las negociaciones indirectas desde el inicio del Ramadán, hace una semana, después de que fracasaran los intentos de los mediadores de sellar un pacto previo al mes sagrado musulmán, que de momento se desarrolla sin incidentes en Jerusalén pero con restricciones para los palestinos de Cisjordania.
Tensa negociación
La primera etapa sería una tregua de seis semanas con que incluiría la liberación de 35 rehenes (mujeres, enfermos y ancianos) a cambio de 350 prisioneros palestinos, un canje que incluiría a cinco mujeres soldado por 50 presos que cumplen largas condenas por terrorismo por cada soldado. Las tropas israelíes se retirarían en esa etapa de dos carreteras principales de Gaza y permitirían que los desplazados vuelvan al norte.
En la segunda fase, las partes declararían un alto el fuego permanente y Hamás liberaría a todos los rehenes vivos restantes a cambio de más prisioneros; mientras que en la tercera fase, los islamistas entregarían los cuerpos de cautivos muertos a cambio de que Israel levante el bloqueo de Gaza y permita la reconstrucción.
Las últimas semanas se llevaron a cabo numerosas protestas tanto en Jerusalén, frente a la residencia del primer ministro, como en Tel Aviv, exigiendo un acuerdo para liberar a los rehenes. Israel ha descartado rotundamente un alto el fuego permanente e insiste en que reanudará su objetivo declarado de destruir a Hamás cuando expire cualquier acuerdo de tregua.
Las partes ya lograron un acuerdo de tregua en noviembre de una semana que permitió el canje de 105 rehenes por 240 prisioneros palestinos; mientras que se calcula que quedan dentro 130 cautivos, de los que Israel tiene pruebas de que una treintena estarían muertos aunque Hamás eleva esa cifra a más de 70.
Más de 31.600 gazatíes han muerto en más de cinco meses de guerra, que comenzó el 7 de octubre tras el brutal ataque de Hamás en Israel que dejó unos 1.200 muertos y 253 secuestrados.
JCM/fl