Después de cinco meses de parálisis, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó una resolución que demanda el “cese inmediato del fuego” en el territorio palestino de Gaza. La tregua debe extenderse a lo largo del mes de Ramadán, que transcurre hasta el 9 de abril. Pero la idea es que las negociaciones por la paz tendrán ahora un nuevo contexto, en que las partes en conflicto se obligan a cumplir lo comprometido. La nueva medida de pacificación fue presentado por Mozambique y contó con el apoyo de Argelia, Suiza, Japón, Ecuador más 14 miembros del CS de la ONU, entre los que se cuenta Brasil. Estados Unidos se abstuvo con lo cuál, al evitar el veto, de hecho permitió que la norma entre en vigencia.
La declaración de las Naciones Unidas incluye, además, el pedido de una liberación inmediata e incondicional de los rehenes que aún permanecen en manos de Hamas. “Finalmenteel Consejo de Seguridad está asumiendo su responsabilidad», dijo el embajador de Argelia Amar Bendjama, el único miembro árabe del Consejo. «Finalmente está respondiendo a las llamadas de la comunidad internacional» añadió.
Israel apuntó directamente sus críticas a Estados Unidos por permitir que se aprobara la resolución.
Netanyahu: Israel atacará Rafah pese a la oposición de Washington
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu calificó la decisión como producto de «una retirada de la posición consistente de los Estados Unidos desde el comienzo de la guerra». Sostuvo que la abstención de los Estados Unidos «daña el esfuerzo de guerra, así como el esfuerzo por liberar a los rehenes». En la práctica, el gobierno de Israel fue más duro: ante la abstención norteamericana resolvió no enviar una delegación que debía partir para Washington en estas horas, para negociar un acuerdo permanente, según dijeron, con Hamás y las potencias regionales. Pero en verdad, el debate que se plantearía en la Casa Blanca sería otro: planificar una alternativa a la invasión anunciada a Rafah.
De hecho, la abstención estadounidense representa un cambio de posición de Joe Biden que hasta ahora había apoyado la acción de Israel, deflagrada el 7 de octubre del año pasado cuando un grupo, identificado como de Hamás, entró en territorio judío y asesinó a 1.200 personas.
El dictamen exigió arduas negociaciones hasta el último minuto. Por ejemplo, la Casa Blanca logró imponer un cambio de palabra (y de concepto): la frase “alto el fuego permanente” fue reemplazada por “alto el fuego duradero”. En caso de incumplimiento de las resoluciones implicará que el Consejo de Seguridad imponga sanciones contra el infractor. Pero la observancia de medidas punitivas, dependerá nuevamente de que sean aprobadas por otra reunión del CS.
El embajador ruso Vassili Nebenzia, acusó a Estados Unidos de haber trabado las negociaciones de paz a lo largo de 5 meses. Fue cuando Washington decidió vetar una propuesta enunciada por Brasil semejante a la que se acaba de adoptar. Del lado americano, todas las disculpas fueron para y con Israel: “No significa un cambio de posición con respecto a nuestro apoyo a los israelíes”.
cp