Las fuerzas israelíes lanzaron nuevos bombardeos en la Franja de Gaza, en un momento de alta tensión después de que Irán amenazó con represalias tras el ataque contra su consulado en Siria, atribuido a Israel.
La tenaz ofensiva israelí en respuesta al ataque de Hamas del 7 de octubre sigue sin dar respiro a Gaza, sometida a un asedio que tiene a la gran mayoría de los 2,5 millones de habitantes del territorio palestino al borde de la hambruna, según la ONU.
Por su parte, Qatar, Egipto y Estados Unidos, que median para conseguir una tregua, esperan la respuesta de Israel y de Hamas a su última propuesta para un cese de los combates que permita, además, la liberación de rehenes israelíes cautivos en Gaza.
Ayer, Hamas informó que decenas de casas y edificios residenciales fueron atacados con explosivos en el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza. Las fuerzas israelíes también bombardearon otros sectores de la zona, añadió.
El ejército israelí informó de ataques contra “más de 60 objetivos terroristas” en Gaza, incluidos puestos subterráneos e infraestructuras militares.
Amenazas “creíbles” y “reales”. Además del conflicto en Gaza, aumenta la preocupación por una eventual escalada regional después de que Irán acusó a Israel de ser responsable del bombardeo contra su consulado en la capital de Siria, el 1° de abril, en el que murieron siete Guardianes de la Revolución, dos de ellos generales.
Estados Unidos advirtió del peligro de un ataque iraní o de sus grupos afines y el general Michael Erik Kurilla, comandante del Mando Central de Estados Unidos para Oriente Medio (Centcom), viajó a Israel.
Estados Unidos restringió los desplazamientos de su personal en Israel ante la amenaza, y Francia y Alemania recomendaron ayer a sus ciudadanos que se abstengan de viajar a Irán, Líbano, Israel y los Territorios Palestinos. Por su parte, la aerolínea alemana Lufthansa suspendió sus vuelos hacia y desde Teherán.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, habló el jueves con el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, sobre la preparación frente a un ataque iraní contra Israel. “Si Irán ataca desde su territorio, Israel responderá y atacará a Irán”, advirtió el canciller israelí, Israel Katz.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reiteró su “férreo” apoyo a Israel, pese a las tensiones entre el mandatario demócrata y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por sus diferencias sobre la gestión de la guerra en Gaza.
En tanto, Ali Khamenei, líder supremo de Irán –archienemigo de Israel y aliado de Hamas–, reiteró el miércoles que Israel “será castigado”.
La Casa Blanca afirmó ayer que las amenazas de un ataque iraní contra Israel son “creíbles” y “reales”.
Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pidió a sus homólogos de China, Turquía y Arabia Saudita que intenten disuadir a Teherán.
Pero el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Hossein Amir Abdollahian, defendió la “necesidad” de que Teherán responda tras el bombardeo contra su consulado, en conversaciones con sus homólogos de Alemania, Australia y Reino Unido.
Negociaciones y presión. Basem Naim, un alto dirigente de Hamas, advirtió el jueves que el grupo necesita “tiempo y seguridad suficientes” para localizar a los rehenes, algo clave para las negociaciones de la tregua. Según Naim, los rehenes se encuentran “en distintos lugares, en manos de diferentes grupos”.
Cientos de israelíes se manifestaron el jueves a la noche delante de la residencia de Netanyahu en Jerusalén para pedir que siga la ofensiva. El primer ministro sigue manteniendo sus planes de una operación en Rafah, ciudad del extremo sur de Gaza donde se hacinan 1,5 millones de palestinos y que el mandatario presenta como el último bastión de Hamas.