Tras las denuncias en su contra, el juez Moro recibió el apoyo de Bolsonaro y los militares

El presidente brasileño Jair Bolsonaro condecoró este martes a su ministro de Justicia y Seguridad Pública, Sergio Moro, denunciado por el sitio The Intercept a raíz de supuestas irregularidades cometidas en el marco de la causa Lava Jato, que habrían perjudicado a Lula da Silva. El mandatario y el exmagistrado tuvieron una «conversación tranquila, el ministro planteó sus argumentos al presidente que entendió las cuestiones que envuelven al caso» relativo al artículo, señaló un comunicado de la cartera de Justicia y Seguridad Pública.

El encuentro a solas ocurrió en el Palacio de Alvorada, la residencia oficial, y fue la primero desde que se desató el escándalo por el reportaje del sitio editado por el periodista norteamericano Glenn Greenwald. Según esa publicación Moro, cuando era juez, dio directivas a los procuradores y hasta les presentó nombres de testigos durante el proceso contra el expresidente Lula da Silva, preso desde 2018 por una condena por corrupción en la mega causa Lava Jato.

A través de una nota, el ministerio de Justicia aseguró que The Intercept utilizó «medios ilegales» para obtener conversaciones privadas de Moro. Moro y los fiscales de Lava Jato sostienen lo contrario: dicen que las conversaciones fueron hurtadas por hackers lo cual impide que sean empleadas como potenciales pruebas en un proceso.

Luego de la reunión, Bolsonaro y Moro viajaron en una lancha hacia el predio de la Agrupación de Fusileros Navales ubicado sobre el lago Paranoá, en la zona oeste de una Brasilia. Ante almirantes y generales Bolsonaro entregó a Moro la medalla de la Orden de la Marina que también fue concedida a decenas de personalidades en la solemnidad de este martes.

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Desde que se revelaron las supuestas irregularidades de Moro en Lava Jato, varios militares le expresaron su apoyo, entre ellos tres generales, el vicepresidente Hamilton Mourao, el ministro del Gabinete de Seguridad Institucional, Augusto Heleno y el titular de la cartera de Defensa, Fernando Azevedo e Silva.

La Operación Lava Jato, la mayor investigación anticorrupción de Brasil, fue puesta en jaque tras esas revelaciones. El Consejo Nacional del Ministerio Público abrió una investigación disciplinaria para determinar si los fiscales cometieron una «falta» y la Orden de Abogados de Brasil (OAB) recomendó la separación temporaria de sus funciones de Moro y el fiscal Deltan Dallagnol, jefe de la fuerza tarea de Lava Jato.

Otros juristas pidieron en la prensa la renuncia de Moro, uno de los ministros más prestigiosos del gobierno de Bolsonaro, quien llegó al poder prometiendo mano dura contra la criminalidad y tolerancia cero contra la corrupción. Moro se adelantó a articulaciones de la oposición para convocarlo ante el Congreso y se ofreció a «brindar aclaraciones» ante una comisión senatorial sobre las filtraciones, en una sesión marcada para el 19 de junio.

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Habrá que ver si entre tanto The Incercept publica una segunda tanda de las masivas filtraciones que dice tener aún en su poder. El portal cuenta entre sus fundadores al estadounidense Glenn Greenwald, que reveló en 2013 las filtraciones de Edward Snowden sobre los programas de vigilancia masiva implementados por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos. Los partidarios de Bolsonaro lanzaron una campaña en internet para pedir su expulsión del país.

La crisis no desbordó hasta ahora en las calles ni afectó mayormente la economía. Una manifestación de partidarios de Lula logró reunir apenas a unas decenas de personas el lunes en Brasilia en tanto la izquierda podrá tomar el pulso de la sociedad el viernes, cuando los sindicatos convocaron a una huelga general contra la reforma de las jubilaciones. El Partido de los Trabajadores, de Lula, exigió la renuncia del exjuez al Ministerio de Justicia.

D.S.

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