El secretario de Estado de Estados Unidos Mike Pompeo se reunirá con el ministro de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard el domingo para discutir la migración y el comercio, en medio de una mayor tensión bilateral antes de la fecha límite en un acuerdo que eliminó amenazas arancelarias a las exportaciones mexicanas.
En virtud del acuerdo de junio con Estados Unidos, México evitó aranceles punitivos en envíos mexicanos a Estados Unidos amenazados por el presidente Donald Trump, cuando prometió frenar el flujo de migrantes ilegales desde Centroamérica hasta el 22 de julio.
El encuentro, a las 10:30 a.m. en la Ciudad de México entre Pompeo y Ebrard llega un día antes de que finalice el período de 45 días y cuando los legisladores de Estados Unidos discuten sobre un acuerdo de comercio regional para reemplazar el actual Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Si Estados Unidos considera que México no ha hecho lo suficiente para frustrar a los migrantes, los dos países deben comenzar conversaciones para cambiar las reglas con el fin de hacer que la mayoría de los solicitantes de asilo soliciten refugio en México, y no en los Estados Unidos.
México ha resistido durante mucho tiempo la presión de Estados Unidos para aceptar el estatus de «tercer país seguro».
La embajadora mexicana en Washington, Martha Bárcena, dijo el jueves: «hemos dicho una y otra vez que no estamos listos para firmar» ningún acuerdo de seguridad de tercer país.
Ebrard dijo el viernes que México ha cumplido su compromiso con los Estados Unidos para reducir la migración de Centroamérica, después que el número de detenciones de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos cayó en aproximadamente un tercio a unos 100.000 en junio. México ha desplegado unos 21.000 policías militarizados de la Guardia Nacional para frenar el flujo.
Pero en última instancia, será el gobierno de Donald Trump que decidirá si los esfuerzos de México son suficientes.
Trump ha hecho de la inmigración una piedra angular de su presidencia.y se comprometió a construir un muro en la frontera sur con México durante su campaña de 2016 para el cargo. Desde entonces ha luchado con el Congreso y en los tribunales por la financiación para pagar por ello.
Su gobierno anunció nuevas reglas de asilo el lunes, que impiden a casi todos los inmigrantes solicitar asilo en la frontera EE.UU.-México al exigirles que primero busquen refugio en un tercer país a través del cual habían viajado en el camino hacia Estados Unidos.