La preferencia por los peinados extravagantes de algunos líderes o dirigentes del rango que va de la derecha a la ultra sumó a la galería mundial a un político estonio llamado Rain Epler, que llegó al Parlamento y últimamente hizo algo de ruido por pedir un boicot a las elecciones en Rusia.
Si compitiera en un concurso de peinados en Argentina, con su corte taza con otros detalles sobresalientes (como un insólito recorte geométrico en las orejas) podría ganar un concurso en la categoría «Eber Ludueña». Con seguridad podría presentarles competencia al republicano Donald Trump y al conservador Boris Johnson, que llaman la atención hace años con sus destacadas cabelleras rubias, o al presidente de entrecasa al que sus seguidores llaman «Peluca».
Peinados locos: los políticos que sorprendieron con un look excéntrico
El Rain del nombre seguramente no debe tener que ver con ese pelo llovido, pero la coincidencia está. Pero yendo a lo serio ¿Quién es este hombre?
Nacido en 1977, diputado del Parlamento de sus país, fue ministro de Ambiente entre 2020 y 2012. Es miembro del Partido Conservador Popular, ubicado en le extrema derecha, aunque la propia organización rechaza la categorización al oponerse el eje derecha-izquierda.
Para saber cómo piensa el hombre del raro peinado nuevo (para él, porque en las fotos de un año atrás se mostraba con un corte más recatado) se pueden destacar las líneas principales de su partido: euroescéptico, antiinmigración, crítico de los derechos de la comunidad LGBT+.
El pedido del boicot contra las elecciones rusas fue raro, pero cada ocasión es una excusa para la irrupción de los memes y burlas sobre su peinado.
¿Se enojarán los rusos cón él? El antecedente es el aviso de búsqueda y captura que el 13 de febrero el gobierno de Vladimir Putin lanzó contra dirigentes de Polonia y los países bálticos, incluida la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, a quienes acusa de «insultar la historia» rusa.
En ese caso era la primera vez que Rusia emitía una orden de captura contra un gobernante en funciones desde el inicio de la ofensiva militar en Ucrania hace dos años. La operación tensó las relaciones del Kremlin con sus países vecinos, muchos de ellos pertenecientes a la extinta Unión Soviética o al antiguo bloque del este.
«Esas personas son responsables de decisiones que son de facto un insulto a la historia, personas que llevan a cabo acciones hostiles contra la memoria histórica, contra nuestro país», dijo en ese momento el vocero de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.
Los Estados bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, temen las intenciones militares de Moscú. En líneas generales considaren que la ex Unión Soviética fue una fuerza de ocupación, mientras que Rusia afirma que las tropas del gigante comunista los liberaron de la invasión de la Alemania nazi.
LT
Según una nota publicada el martes en la web del Ministerio del Interior ruso, la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, está siendo procesada en «un caso penal», sin especificar de qué delito se la acusa. También son objeto de órdenes similares el secretario de Estado de Estonia, Taimar Peterkop, y el ministro de Cultura de Lituania, Simonas Kairys.
La agencia rusa de noticias TASS informa que también figuran en la lista el director del Instituto Nacional de la Memoria de Polonia, Karol Nawrocki, el alcalde de la ciudad polaca de Wałbrzych, Roman Szełemej, y el viceministro de Relaciones Exteriores polaco, Karol Rabenda.