El operativo ordenado por el gobierno ecuatoriano que llevó a atacar el viernes la embajada de México en Quito, a fin de capturar al exvicepresidente Jorge Glas, generó no solo la ruptura de relaciones diplomáticas del gobierno mexicano, sino que el presidente Daniel Noboa debe afrontar ahora el costo de un repudio diplomático generalizado, tanto de países con ejecutivos de izquierda o derecha, e incluso la Organización de los Estados Americanos (OEA) fue marcadamente crítica con el procedimiento, que violó de manera brutal los preceptos de la Convención de Viena sobre inmunidades diplomáticas.
Dicha Convención de Viena rige desde 1961, y además de las formalidades, es una garantía vital para la seguridad y el bienestar de los diplomáticos y ciudadanos de un país en territorio extranjero.
El narcotráfico como trasfondo
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, en un comunicado firmado por su portavoz Stéphane Dujarric, se mostró «alarmado» por el impactante operativo sin precedentes y subrayó que «las violaciones de este principio ponen en peligro la continuación de las relaciones internacionales normales, que son fundamentales para el avance de la cooperación entre los Estados», afirmó el portavoz Stéphane Dujarric en un comunicado. Asimismo, el jefe de la ONU urgió tanto a Ecuador como a México a mostrar «moderación» y «solucionar sus diferencias por medios pacíficos», agregó.
Masivo repudio latinoamericano
México obviamente denunció la «violación flagrante al derecho internacional» y su «soberanía». El impactante operativo sacó por la fuerza de esa sede diplomática al exvice de Correa y llevó al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador a romper de inmediato relaciones diplomáticas con Ecuador. Nicaragua lo imitó poco después, pero otros gobiernos de izquierda de la región, como los de Brasil, Colombia, Venezuela y Chile, tanto como de derecha como los de Argentina y Perú, fueron unánimes en la condena del asalto que culminó con detención por la fuerza de Glas, que se refugiaba en esa sede diplomática desde diciembre y arrastraba condenas por corrupción.
Quién es Jorge Glas, el doble exvicepresidente de Ecuador arrancado de la embajada de México
Asimismo, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, indicó que “Estados Unidos condena cualquier violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y se toma muy en serio las obligaciones de los países bajo la ley internacional de respetar la inviolabilidad de las misiones diplomáticas”.
“México y Ecuador son socios cruciales de los Estados Unidos y ponemos un alto valor a nuestras relaciones con ambos países. Urgimos a las dos naciones a resolver sus diferencias de acuerdo con las normas internacionales”, añade el comunicado.
Imágenes del viernes muestran uniformados ecuatorianos armados y con un ariete frente a la embajada. Al menos uno de ellos escaló el enrejado que rodea el edificio para ingresar y detener a Glas, quien había recibido asilo político por el Gobierno de López Obrador y se encontraba desde diciembre pasado en la sede diplomática mexicana.
La embajada mexicana en Quito permanecía rodeada por policías este domingo y la bandera del país había sido removida de su asta en el patio, constató un fotógrafo de AFP.
López Obrador el sábado pidió a sus connacionales «comportarse con mucha prudencia para evadir el acoso» en medio de la tensión diplomática. Además, desde el gobierno mexicano anunciaron que su delegación en Ecuador regresará al país el domingo en un vuelo comercial y que la embajada en Quito estará cerrada «indefinidamente».
Por otra parte, la ministra de Exteriores de Ecuador, Gabriela Sommerfeld, argumentó este sábado que la decisión de ingresar en la embajada de México en Quito para capturar al ex vicepresidente Jorge Glas se dio porque que existía un “riesgo real de fuga inminente” y que Ecuador ya había “agotado el diálogo diplomático con México respecto a este tema”.
Jorge Glas, exvicepresidente entre 2013 y 2017 del exmandatario socialista Rafael Correa (2007-2017), está acusado de desviar fondos públicos destinados a la reconstrucción de poblados costeros después de un devastador terremoto en 2016.
El sábado el político fue trasladado a una cárcel de máxima seguridad en Guayaquil (suroeste) conocida como «La roca», según fuentes gubernamentales.
En otro proceso, el exfuncionario fue condenado en diciembre de 2017, cuando había sido reelegido, a seis años de cárcel por la trama de corrupción de la firma brasileña Odebrecht. En 2022 obtuvo su libertad condicional al beneficiarse de un recurso de habeas corpus
El expresidente Correa, exiliado en Bélgica desde 2017 y condenado en ausencia a ocho años de prisión por corrupción, dijo en X que Glas «tiene dificultades para caminar porque fue golpeado. Todo esto es una locura». A pesar de la violencia física que sufrió el diplomático, la canciller mexicana, Alicia Bárcena, indicó que se encuentra «bien» al igual que le resto de la delegación.
México calificó el operativo como «brutal» y denunció «violencia física» contra el jefe de misión Roberto Canseco, quien fue sometido en el suelo por un uniformado mientras trataba de evitar la captura de Glas, según imágenes de la televisión ecuatoriana. A pesar de los golpes, la canciller mexicana, Alicia Bárcena, indicó que el diplomático se encuentra «bien» al igual que le resto de la delegación.
En ese sentido, López Obrador anunció que presentará una denuncia ante la Corte Internacional de Justicia.
La escalada del conflicto entre México y Ecuador
La crisis diplomática inició el miércoles, cuando López Obrador planteó un paralelismo entre la violencia que marcó la campaña presidencial ecuatoriana de 2023, durante la cual fue asesinado el candidato Fernando Villavicencio, y la criminalidad que se registra en México de cara a las elecciones del 2 de junio.
Según AMLO, el crimen de Villavicencio creó un «ambiente enrarecido de violencia» que provocó la caída en las encuestas de la candidata izquierdista Luisa González y el repunte de Daniel Noboa, quien resultó ganador. Enemigo declarado del correismo, Villavicencio era conocido por sus denuncias sobre el fortalecimiento del narcotráfico, por exponer tanto al gobierno como a empresarios, trabajó en la investigación de contratos gubernamentales, acusaciones de sobornos y otros hechos de corrupción: su trabajo se centró en arrojar luz sobre temas de interés público y promover la responsabilidad de las autoridades.
El gobierno de Noboa consideró que esos comentarios «ofenden al Estado ecuatoriano» y expulsó a la embajadora mexicana Raquel Serur, quien aún no salió del país.
En respuesta, México concedió el viernes asilo político a Glas, quien permanecía refugiado en su sede diplomática de Quito desde diciembre, alegando una persecución política en su contra.
Noboa «rompió todos los esquemas del comportamiento de la diplomacia tradicional», dijo a la AFP Roberto Beltrán Zambrano, profesor de gestión de conflictos de la Universidad Técnica Particular de Loja, en Ecuador.
En Ciudad de México, decenas de personas se manifestaron acusando al gobierno de Quito de «fascista» frente la embajada ecuatoriana, vigilada por policías.