Centenares de quejas sacudieron las cuentas de Twitter de los cubanos el fin de semana y, en un gesto inusual, las autoridades replicaron por la misma vía.
Los usuarios reclamaron a la empresa estatal ETECSA una rebaja en el servicio, que se volvió menos costoso y con mayor variedad en estos años pero es elevado en proporción a los sueldos.
Andy Hernandez expresó: “ETECSA_Cuba necesitamos un Internet más ajustado a nuestro salario”. Y antes Daguito Valdés posteó: “Tenemos el Internet más caro del mundo en #Cuba y encima muy lento… Creo que eso de relación calidad-precio no va”.
Tampoco faltaron los memes con fotomontajes o caricaturas, como una que mostraba las tres cosas más lentas del mundo: una tortuga, un caracol y el logo de ETECSA.
Según el sitio no oficial Inventario, que suele llevar estadísticas locales pese a las dificultades para obtenerlas, la etiqueta #BajenLosPreciosDeInternet generó un tráfico de más de 9.000 tuits y fue la primera vez que una etiqueta no promovida por el gobierno se convirtió en tendencia.
La respuesta oficial incluyó a funcionarios y directivos de la empresa.
“Más de la mitad de los cubanos que acceden Internet lo hacen gratuitamente de sus centros de estudio y de trabajo”, señaló el ministro de Comunicaciones, Jorge Luis Perdomo. “Los servicios serán cada vez más asequibles a medida que contemos con más infraestructura”.
Por su parte, Frank Pavón Carbonell, director de Servicios Móviles de ETECSA destacó: “más de 2.3 millones de usuarios conectados, al servicio Internet en el móvil a menos de 6 meses de abierto el servicio”. “Estoy orgulloso”, agregó.
Cuba abrió su servicio de datos para la población en diciembre ofreciendo paquetes desde siete CUC o pesos convertibles (igual cantidad en dólares) por 600 megas hasta 30 CUC por cuatro gigas. La semana pasada autorizó la instalación de Wi-Fi a las personas naturales.
Se estima que muchos cubanos reciben salarios, sobre todo en el ámbito estatal, por un equivalente de unos 30 a 50 dólares mensuales. Algunos suelen contar con familiares en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos, que recargan sus cuentas online y otros reciben divisas de sus trabajos como emprendedores en el naciente sector privado.
El uso de Facebook y Twitter despegó con los datos móviles y los cubanos comenzaron a aprovechar para coordinar esfuerzos como ayuda humanitaria durante el paso de un devastador tornado en enero o para avisarse de los lugares donde se vendían productos en semanas de desabasto.
La campaña no estuvo exenta de polémica. El columnista oficialista Iroel Sánchez acusó a algunos usuarios de tratar de socavar a la revolución cubana: “Quienes dicen #BajenLosPreciosDeInternet tienen otra etiqueta oculta #subansalariosdemercenarios. Si @ETECSA_Cuba fuera privada y no sirviera para financiar desarrollo de #Cuba sino para enriquecer a pocos entonces la aplaudieran sin importar precios”.
Cuba inició su proceso de conexión a internet a fines de los años 90 usando la vía satelital –cara y lenta– pues Estados Unidos impedía con sus sanciones que usara los cables submarinos que la atraviesan. Se instaló en universidades y centros de trabajo y posteriormente se amplió con salas de navegación y wi-fi en parques y plazas y obtuvo una fibra óptica por Venezuela.
La iniciativa “es una muestra de cómo se está construyendo una sociedad civil más fuerte en Cuba gracias al aumento del acceso a Internet como consecuencia del servicio de datos móviles. La horizontalidad de la campaña demuestra que los cubanos ahora pueden unirse con mayor facilidad para luchar por objetivos comunes”, expresó a la AP Camilo Condis, un emprendedor aficionado a las redes sociales que le dio mucha relevancia a la etiqueta #BajenLosPreciosDeInternet .
“Creo que este es un fenómeno que llegó para quedarse, y que se va a repetir cada día con mayor fuerza en Cuba”, agregó.