Michelle Bachelet hace equilibrio en Venezuela: se reunió con Guaidó y Cabello

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, cumplió este viernes una nutrida agenda de reuniones y contactos con todas las fuerzas políticas en pugna en Venezuela, en una misión de extrema complejidad en el que la expresidenta chilena intento conseguir mejoras en el crucial tema de los derechos humanos. Las múltiples denuncias de violaciones y abusos de todo tipo, con detenciones arbitrarias y presos políticos, enfrenta a Bachelet a un callejón en el que parece no haber salida, sobre todo en el marco de un país dividido y atravesando las carencias más apremiantes.

Bachelet se reunió este viernes con el líder opositor Juan Guaidó, proclamado como presidente interino por la vetada Asamblea Nacional, y a la salida de ese cónclave Guaidó manifestó que la Comisionada de la ONU «impulsa la liberación de los presos políticos en Venezuela». «Nos manifestó que está insistiendo con la liberación de los presos políticos», dijo a periodistas el jefe parlamentario, reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países.

Según la ONG Foro Penal, en el país petrolero hay unas 687 personas detenidas por razones políticas, aunque el mandatario Nicolás Maduro niega que ese sea el motivo.

Bachelet también estuvo reunida con el todopoderoso titular de la Asamblea Nacional Constituyente Diosdado Cabello, y luego de ese encuentro el gobierno de Venezuela manifestó que está dispuesto a «corregir los temas que hagan falta, de la mano de mano de Naciones Unidas». El canciller Jorge Arreaza fue quien hizo esa afirmación tras recibir a Bachelet, indicando «queremos que la oficina de la alta comisionada de manera constructiva nos recomiende, nos sugiera, nos oriente y poder ir de la mano con ellos a (…) corregir lo que haya que corregir, a rectificar donde haya que rectificar para poder preservar los derechos humanos de los venezolanos», dijo Arreaza.

La oposición acusa al gobierno de Nicolás Maduro de una violación sistemática de las garantías fundamentales y de haber sumido al país en la peor crisis socioeconómica de su historia moderna. En una declaración a través de la televisión gubernamental, el canciller añadió que también conversó con Bachelet sobre el impacto dañino del «bloqueo financiero y comercial», como se refiere a las sanciones de Estados Unidos para asfixiar a Maduro.

Según el gobierno de Maduro, las medidas punitivas de Washington complican la importación de alimentos, medicinas e insumos hospitalarios, y han causado a la economía un daño calculado en unos 30.000 millones de dólares. También se comprometió a facilitar las reuniones que tiene previstas Bachelet con funcionarios del gobierno y de los demás poderes públicos, así como con organizaciones de derechos humanos.

Durante su estancia en Caracas, que finalizará esta noche, Bachelet se entrevistará a última hora de tarde con Maduro, en un encuentro que se espera con expectativa. La visitante chilena también se reunió con familiares de detenidos políticos, muchos de ellos encarcelados en penosas condiciones acusados de conspirar para derrocar al gobierno socialista.

Bachelet denunció ante la ONU hiperinflación, torturas y ejecuciones en Venezuela

Según Guaidó, Bachelet «se mostró muy conmovida con cada uno de los familiares de los presos políticos». Uno de los casos más recientes fue el del vicepresidente de la cámara, Edgar Zambrano, detenido bajo cargos de apoyar un fallido alzamiento militar contra Maduro, liderado por Guaidó el pasado 30 de abril. Otros 14 legisladores enfrentan el mismo cargo en libertad.

La visita de Bachelet «habla de la importancia de la situación, de la crisis, el reconocimiento (…) de la emergencia humanitaria compleja que está al borde de convertirse en una catástrofe», subrayó Guaidó, quien participará este viernes en una protesta convocada por ONGs para denunciar la crisis. Bachelet hará una única declaración en la noche del viernes con la cual cerrará su visita iniciada el miércoles.

Según la ONU, debido a la crisis socioeconómica, un cuarto de la población venezolana -equivalente a siete millones de personas- requiere atención humanitaria urgente, mientras cuatro millones emigraron desde 2015.

AFP/H.B.

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