Democracia, estabilidad económica, seguridad y relación con EEUU: retos para la nueva presidenta de México

Fortalecer la democracia, estimular el crecimiento económico, proteger los derechos humanos, solucionar la inseguridad y afianzar la relación con aliados claves como Estados Unidos, serán algunos de los retos que enfrentará quien herede la Presidencia de México en los históricos comicios de junio próximo, advierten analistas.

La participación de más 99 millones de votantes hace de estas elecciones las más grandes en la historia de la nación, donde serán elegidos unos 20.000 cargos locales, estatales y nacionales, además de la Jefatura del Estado, que quedará por primera vez en manos de una mujer.

Sin importar quien herede la jefatura entre las dos candidatas principales: la oficialista Claudia Sheinbaum y Xóchilt Gálvez, de la opositora Coalición Fuerza y Corazón por México, «existen desafíos y oportunidades que el gobernante del país tendrá que enfrentar y ojalá aprovechar», dijo la analista Lila Abed, la directora interina del Instituto México del Wilson Center.

Entre las áreas donde tendrá que trabajar la nueva presidenta mexicana «destacan la inseguridad y la presencia del crimen organizado, la falta de transparencia y la ausencia de un estado de derecho, el acceso a la salud y los medicamentos», especificó Abed en un seminario virtual auspiciado por el centro de pensamiento con sede en Washington.

«Así como mantener la estabilidad fiscal y estimular la economía, asegurar el suministro de energía y de agua, disminuir la pobreza y los feminicidios, mejorar la calidad de la educación, generar oportunidades para los jóvenes, ofrecer programas sociales para los sectores más vulnerables», enumeró.

La periodista e investigadora insistió además en la necesidad de «desarrollar una política exterior que logre acercar a México con sus principales aliados en la comunidad internacional, fortalecer la democracia y proteger los derechos humanos de todos los ciudadanos».

Democracia y la financiación del gasto público

La protección de los derechos ciudadanos y el Estado de Derecho es uno de los temas más sensibles en el país norteamericano, y entre los principales escollos que tendrá que salvar la nueva mandataria, que heredará una nación con un «régimen híbrido, en donde las prácticas autoritarias conviven con procedimientos e instituciones democráticas», advirtió la activista de DDHH, Maria Elena Morera.

Según la directora de la oenegé Causa en Común, la parte autoritaria «está amenazando cada vez más con ganar terreno» sobre la democrática. «La democracia está en riesgo y tendrá que afrontar retos muy importantes», dijo Morera, quien citó el índice de Democracia publicado por The Economist, donde México descendió 19 lugares en los últimos seis años.

«México cayó al lugar número 90 de 167 en el ranking internacional de democracia. (…) Y con esto no quiero decir que antes fuéramos un ejemplo a seguir, pero sí creo que estamos a mucho mayor distancia de vivir en un estado de derecho», indicó.

Morera señaló la concentración de poder en el Ejecutivo, la debilitación del Poder Judicial y las amenazas a la libertad de expresión así como ataques directos a periodistas y medios, entre las principales deficiencias del gobierno del actual presidente Andrés Manuel López Obrador, quien sin embargo, continúa siendo muy popular entre la ciudadanía, matizó.

Por otro lado, entre los logros de la administración está la estabilidad fiscal y el impulso a la economía, que la nueva Presidencia deberá mantener o incrementar. Además, está el reto de financiar » las grandes demandas que tiene la población en México, las grandes demandas en salud, en educación, la sostenibilidad de los gastos en seguridad pública», destacó el profesor adjunto del Centro de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Georgetown, Gabriel Farfán.

La relación con EEUU, la gran «incertidumbre»

La relación con su vecino al norte, con quien comparte frontera y una larga historia comercial, es una de las áreas menos claras, incluso para los expertos. EEUU también decidirá quien ocupará la Casa Blanca los próximos cuatro años.

Los principales candidatos estadounidenses: el actual presidente demócrata Joe Biden, y el republicano Donald Trump, mantienen políticas a veces totalmente opuestas en cuanto a cooperación comercial y política exterior.

Ninguna de las dos candidatas mexicanas, Sheinbaum y Gálvez, «se ha pronunciado como muy fuertemente en cuál va a ser su política pública, cómo va a lidiar si llega Trump o si se queda Biden. Y creo que estamos en un momento de gran incertidumbre, pero bueno, también, como en todos los momentos de cambios como estos, también son oportunidades para mejorar», dijo María Elena Morera.

«Lo más difícil de todo, sin duda alguna de incorporar en EEUU y México es la parte de la seguridad. Pero también tenemos esta parte de migración. Y lo bueno y lo malo de migración. Lo bueno es que los dos lados tenemos el incentivo de cooperar, tratar de limitar la migración (irregular) hoy día, porque la mayoría de la gente migrando no son mexicanos. La mayoría son centroamericanos, pero sobre todo, el grupo más grande hoy día son los no mexicanos, no centroamericanos», especificó por su parte Pamela Starr.

La analista, profesora e investigadora especializada en América Latina del Wilson Center insistió en que «México tiene una enorme ventaja en su relación con EEUU en lo económico, que es la geografía», sin embargo, la posibilidad de un nuevo mandato de Trump presenta la «gran incógnita en la relación bilateral».

Esto se debe a las posiciones «un poco extremas» del expresidente, quien ha prometido deportar a gran cantidad de migrantes indocumentados en EEUU y endurecer los requisitos de entrada, también a «su tendencia de no valorar la relación con México», explicó Starr.

La posible decisión de cerrar la frontera e insistir que México acepte a los migrantes que tratan de entrar a territorio estadounidense es una de las interrogantes. «La pregunta es si México lo va a aceptar, porque es un derecho soberano de México decir que no. Entonces, eso podría causar un problema», advirtió la experta.

«La relación va a ser mucho más compleja con un Trump que un Biden. Pero aún siendo un Joe Biden, la relación va a ser más compleja que en el pasado, porque los problemas son más grandes y más difíciles de resolver», concluyó Starr.

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