Honolulu — Un avión de paracaidismo se estrelló e incendió poco después de despegar de un aeródromo costero en la isla de Oahu, lo que derivó en la muerte de las 11 personas a bordo, dijeron el sábado las autoridades.
En un principio se reportó que nueve personas habían perdido la vida en el incidente el viernes y que, de los fallecidos, tres eran clientes de una compañía de paracaidismo y seis eran empleados.
Sin embargo, el Departamento de Transporte de Hawái tuiteó el sábado que después las autoridades “confirmaron que 11 personas iban en la aeronave” y nadie sobrevivió. El bimotor Beechcraft King Air despegó del aeródromo Dillingham, en la costa norte de la isla.
Después de partir el avión dio media vuelta y al parecer regresaba al aeródromo, pero pasó por encima de algunos árboles y se estrelló cerca de la valla perimetral, dijo el testigo Steven Tickemeyer al canal televisivo de noticias KHON.
“Llegamos al lugar un par de minutos después y todo el avión estaba en llamas”, agregó.
La compañía de paracaidismo Oahu Parachute Center operaba el aparato, y la relación empleados/clientes a bordo deja entrever que se realizarían saltos en tándem, en los que los clientes saltan de la aeronave sujetos a paracaidistas experimentados, dijo a la prensa Tim Sakahara, portavoz del Departamento de Transporte de Hawái.
El avión se estrelló “a bastante distancia de la pista”, y algunos parientes de quienes iban en el aparato se encontraban en el aeródromo cuando sobrevino el desastre alrededor de las 6:30 de la tarde, dijo el jefe de la policía de Honolulu, Manuel Neves.
“En mis 40 años como bombero aquí en Hawái, éste es el incidente aéreo más trágico que hayamos tenido”, agregó.
Los restos del aparato estaban en llamas para cuando los bomberos llegaron al lugar, ubicado más o menos a una hora de distancia en vehículo desde Honolulu, señaló Neves. No se dio a conocer el nombre de las víctimas.
Dos inspectores de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) se dirigieron el viernes al lugar donde quedaron los restos del avión, y estaba previsto que investigadores de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte arribaran el sábado en la tarde, dijo Eric Weis, portavoz de la junta.
El avión de dos turbohélices fue fabricado en 1967, según expedientes de la FAA.