La pasión por los animales de un grupo de estudiantes universitarios, los llevó a idear un semillero para cambiar la vida de perros y gatos discapacitados.
Con tubos de PvC, llantas de autos de juguete y ruedas de coches de bebés, fabrican productos ortopédicos con los que le ofrecen una segunda oportunidad a los “pequeños de la casa”.
“Nosotros vemos a los animales como parte esencial de la familia y tener un perro es demasiado el cariño y las familias quieren tener la posibilidad que ellos vuelvan a tener una vida, entonces la posibilidad es ayudarle a esas personas que muchas veces no la tienen y la ideas materializar esos sueños con recursos sustentables”, destacó a la Voz de América, Fernando Ruiz, docente y tutor del programa en la Universidad ECCI [antes conocida como Escuela Colombiana de Carreras Industriales]
Para estos jóvenes de la Universidad ECCI en Bogotá, el objetivo de todo este esfuerzo es lograr mejorar la calidad de vida, pero especialmente devolverles la probabilidad de caminar a los animales, de quitarles en gran parte el sufrimiento para que vuelvan a disfrutar los días al lado de sus dueños
A Andrés Arias Ballen, siempre le partió el corazón al ver a su perrita sin la posibilidad de volver a caminar o correr. Entonces, la idea comenzó a forjarse en su clase de circuitos 1 de Ingeniería Biomédica. Ahí empezó a hacerse realidad el sueño de muchos dueños de mascotas con problemas de movilidad.
“A mi perrita la atropellaron, no hubo justicia y mi perrita lastimosamente falleció. Ese evento desafortunado fue el que me impulsó a ayudar a los animalitos discapacitados que sufren mucho, y así fue que nació el nombre de semillero PEPA, que se llama Prótesis Especializadas para Animales”, contó a la VOA, Andrés Arias Ballen.
Noa es uno de los perros que disfruta de una mejor calidad de vida gracias a una de las prótesis fabricadas a su medida por este semillero y con la que él ha vuelto a caminar. Su dueña comentó que no conoce la historia que “el amor de su vida” esconde detrás porque lo recogió de la calle.
“Estoy muy agradecida porque Noa necesitaba mucho la prótesis, ya que mantenía cayéndose y yo sé que a partir de ahora va a tener una mejor calidad de vida”, dijo a la VOA Exabiana López, dueña Noa, que comentó además que decidió adoptarlo porque “son quienes más lo necesitan, porque no es lo mismo un perro que está completo a otro al que le falta una manito y por eso nadie casi los adopta por los cuidados, pero nosotros lo adoramos”.
Como Noa, son muchos perros a quienes les han cambiado la calidad de vida. Este grupo de estudiantes, ahora con un proyecto casi consolidado, espera poder seguir regresando la felicidad a estas mascotas y sus familias.
“Se utiliza PvC que es un material muy resistente, especialmente para prótesis de animales pequeños, ya para perros más grandes. Se necesitan impresiones 3D o se necesitan aleaciones de metales para que le dé soporte a la estructura”, contó Ballen.
Arias Ballen y el grupo que trabaja a diario en mejorar el bienestar de animales domésticos, esperan a futuro seguir con la producción de prótesis pensadas para perros, sino también para todo tipo de animales y personas.
“Lo que tenemos pensado como misión es seguir ayudando a los animales, no solamente a los perritos, pero además queremos lograr abrir más líneas de investigación para la creación y homologación de plásticos especiales para el uso de prótesis no sólo para el uso en animales sino también en personas”, dijo Arias.
Por eso esperan que las donaciones “sigan creciendo” para poder seguir ayudando a más animales y concientizar a las personas de que los “animales en condición de discapacidad no son una carga”, sino una responsabilidad que se “tiene que llevar desde el amor y la paciencia”.
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