Cada mañana y como todos los días, Israel Ramírez abre su sastrería ubicada en el norte de Quito para atender a sus clientes, pero últimamente los cortes de energía trastocaron su negocio y hasta dañaron una de sus máquinas de coser.
El sastre de 64 años también debió incurrir en gastos adicionales al tener que comprar reguladores eléctricos para proteger sus otras máquinas. “Los reguladores han subido de 12 a 37 dólares”, aseguró a The Associated Press.
Las autoridades anunciaron la víspera que los apagones en la capital se realizarán en otro horario y que se reducirán de seis a cuatro horas, lo que generó cierto alivio al sastre Ramírez y a otros ecuatorianos que se han visto afectados con la crisis energética que afronta el país andino.
“Menos mal ya no, nos rebajaron y son en la noche, bueno de 2 a 6 (de la madrugada), entonces ya no me afecta como la semana pasada (que) sí estuve con todito retrasado”, señaló Ramírez.
Los caudales de las principales centrales de generación de energía hidroeléctica —Mazar, Paute y Coca Codo— han aumentado debido a las últimas lluvias en la zona austral, según las autoridades, lo que permitió que disminuyeran los periodos de corte de luz. No se informó hasta cuándo regiría la medida.
A nivel general, las empresas provinciales de distribución eléctrica redujeron los cortes entre tres y hasta cinco horas, incluyendo horarios nocturnos, como en la ciudad portuaria de Guayaquil, 270 kilómetros al suroeste de Quito, donde los cortes van desde las 8 a 11 de la noche o en la madrugada como en Latacunga, en el centro andino del país, donde van desde la medianoche hasta las 5 de la mañana. Pese a esto, los daños que han generado los regímenes impuestos ya han dejado pérdidas para los ciudadanos, según denuncian.
Ramírez aseguró que otro de los perjuicios que ha sufrido es el retraso en la entrega de las prendas a sus clientes.
Otra persona que espera que la situación mejore es Susana Bedón, de 28 años, quien trabaja en una farmacia al norte de Quito. Comentó a la AP que los cortes retrasan su regreso a casa debido a que el tráfico se hace más pesado porque los semáforos dejan de funcionar y que al llegar tampoco tiene internet.
El viernes, el ministro de Energía encargado, Roberto Luque, en declaraciones al canal Ecuavisa, afirmó que aún está en proceso la contratación de electricidad para afrontar la crisis.
En cuanto a la generación térmica en el país, admitió que apenas el 60% de la capacidad instalada funciona.
“Es muy bajo, estamos gastando diésel y combustible en prender cosas que no generan al total de su capacidad por falta de mantenimiento y por unidades que son muy antiguas”, explicó.
Luque anunció que incluso se realizan pruebas de estimulación de lluvias en las nubes, pero que apenas se trata de un ensayo y se desconoce si daría resultados.
Actualmente, el déficit de generación eléctrica en Ecuador es de 1.000 megavatios frente a un consumo promedio diario de 4.570, según las autoridades, que estiman que las pérdidas por los apagones ascienden hasta el momento a 72 millones de dólares diarios.
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